Bien acostumbrado está el cantante Camilo Sesto a que cada vez que coloca sus patulecas en suelo pop, sus fanáticas quieren puro servírselo con pebre, y ahora no fue la excepción, ya que el chicuelo vivió nuevamente el cariño de sus incondicionales al interior del Hotel Sheraton.
El intérprete de "Vivir así es morir de amor" está en Chilito para pegarse tres conciertos (dos en el Arena Santiago y otro en Concepción) de su denominado "Tour de despedida", y ayer se mandó su primer encuentro con sus fanáticas de la "Sociedad Camilística", más los auditores de una radio local.
Ante la presencia de sus fans, que se cachaba a la legua que hace rato no arrastran la bolsa del pan, el chiquillo no le quedó otra que mostrar su mejor sonrisa y regalarle un beso tras otro a las casi 40 almas que lo fueron a saludar con sus pancartas, discos y máquinas fotográficas para sonreírle al pajarito junto a su gurú.
CHAOLÍN
Mientras a las devotas de Camilo se les soltaban lentamente las trenzas, el artista cachó que la cosa se estaba poniendo peluda, optando por virarse del salón del pirulo hotel capitalino para que sus hinchas no le tiraran las manos o le corrieran el maquillaje.
"Estoy tan contenta de haberlo visto, él es mi ídolo desde que tengo uso de razón y no queremos que por ningún motivo deje de cantar. ¡Lo amamos!", nos dijo terrible de emocionada Pamela Pizarro, una de las integrantes de la "Sociedad camilística" de Chilito.
NO JODAS, TÍO
Antes de su breve encuentro con sus enamoradas chilenas, Camilo Sesto le contó a la prensa algunas papitas sobre su gira del chaíto: "Estoy cansado de pasar arriba de los escenarios, ahora quiero ver la vida desde abajo", explicó la voz de "A escondidas".
El artista explicó que le fascinaría dedicarse a cualquier otra cosa. "Me gustaría poder salir a la calle a dar una vuelta por la calle tranquilamente sin que nadie me reconozca".
Respecto a si cantaría en el próximo Festival de Viña, el chicuelo se rió solito, pero no dijo nada.
Alberto Brieba L.