Un inocentón traje de conejita Playboy desató la guerra entre la recién casada Cathy Barriga y Sergio Muñoz, diseñador de la mencionda prenda, usada por la rucia en su despedida de soltera del mes pasado.
El chiquillo seco pa'l costureo y la puntada acusó que tras el carrete de Evas, nunca más pudo comunicarse con la esposa de Joaco Jr. para que le pagara las 260 lucas del modelito o en último caso se lo devolviera. Qué tanto.
"La he llamado y re llamado, me siento hasta robado de parte de ella", se quejó Muñoz, chato por la supuesta chuecura, pues ella misma le habría dicho que se lo compraba para darle una sorpresa a su piernoco y hasta pidió más diseños para enchular su tienda de modas.
"Me dijo te lo pago mañana", soltó el compadre a "SQP". Mas le salieron callos de tanto esperar la paga y de ir en caleta de oportunidades al edificio de la cabra para retirar la careli confección: "Fui un montón de veces y nunca había nada... Los conserjes se reían de mí".
NI EN DIBUJOS
Ante el desahogo de Sergio, Cathy no se demoró na' en desmentir la mora y también pegarle la mansa desconocida.
"Nunca me he mandado a hacer nada, ni me tomé medidas (...) Que se haga conocido por su trabajo... Esto es querer figurar. Para qué me iba a comprar ese traje", se defendió como leona.
Seguido, juró cruz pa'l cielo que nunca hizo trato con el profesional de la hebra, que se puso el trajecito sólo "por la humorada" y que, al contrario de lo que pela, hace ene dejó un paquete con su nombre en conserjería para que se lo lleve.
Su versión fue apoyada por Humberto Maturana, dueño del local donde se hizo la jarana y Marcela Morgado, quien organizó el eo, eo. Ellos creen que todo fue parte de un malentendido, pues se entendía que la pieza era parte del cotillón. Resignado, Sergio ahora sólo espera que la blonda envíe el vestuario bien lavado y perfumado a su taller.