Aymee Nuviola conoce Chile y sabe harto de nuestra tierra. Es más, en tiempos del exilio, varios de nuestros compatriotas se convirtieron en buenos amigos suyos en Cuba. Y ahora nos llegó el tiempo a nosotros de conocerla, pues ella es quien encarna a Celia Cruz adulta en la serie que la rompe en Canal 13.
“Tuve una amiga chilena en Cuba que fue como una hermana, además he tocado en el casino de Viña en uno de mis viajes a Chile”, explica la morena, aunque su recuerdo más jocoso de este calcetín es otro.
“Una vez, vine al programa de Don Francisco cuando lo hacía en Chile. Y como el canal era católico, a las mujeres nos hicieron tapar las tetas. Tiempo después, me encuentro a Mario en Miami y le digo ‘¡Don Francisco! ¿Que acaso no se acuerda de mí?’. Me quedó mirando un poco extrañado y le digo: ‘¡soy la de la orquesta cubana, a la que le mandaron a taparse las tetas!’. Ahí pues se rió y me dio un abrazo”, rememora.
Más que como actriz, Aymee ha desarrollado su carrera como cantante y pianista, aunque cuando le pusieron sobre la mesa el papel de Celia, no dudó en tomarlo. “Tal vez no crean, pero en Cuba Celia Cruz es una desconocida. Poco y nada se sabe de ella. Cuando me fui de Cuba y estuve en otros países, me hablaban de ella, me pedían que cantara sus canciones y yo ni sabía quién era”, se sincera.
- ¿Y qué pasó cuando la conociste?
- Escuché su música y se llenó mi corazón. Me avergoncé de no haber sabido nada de ella antes, pero poco tardé en ponerme al día.
- ¿La conoció?
- Pues síii. Y eso me sirve mucho para este tremendo desafío que ha sido interpretarla. Grabé para siempre en mi memoria sus gestos, su manera de hablar, su fuerza al mirar, porque ella siempre te miraba a la cara, a los ojos.
- ¿Sientes que te pareces a ella? ¿Qué impactó genera en ti interpretarla?
- ¡Yo no soy Celia, ojalá fuera, jajajá! La admiré mucho y la seguiré admirando. Siempre fue un gran reto hacer de Celia, pero agradezco esas dos veces que pude tenerla enfrente, eso fue más fuerte que todo lo que pude estudiar de su historia.
