Bruce Dickinson, el vocalista de Iron Maiden que le hace a todo en la vida, se lució chachareando en dos ponencias en la Feria Internacional del Aire y el Espacio (Fidae), hasta que apareció el chascón del "dibujo", ese que le robó un beso a Laura Pausini en el Festival de Viña.

Bruce, que sabe tanto de música como de aviones, se fue en la volá hablando sobre liderazgo, creatividad y emprendimiento. El encuentro mezcló a fanáticos de su banda y otros tantos caporales de los pajarracos de fierro. El rockstar comentó sobre el éxito que ha cosechado, cómo llegó a ser director de marketing de una aerolínea y sacó pecho con la chela oficial del grupete llamada "Trooper Beer", que lleva 3,5 millones de botellas vendidas.

Cuando todo el mundo estaba prendido con sus palabras, de la nada apareció el dibujante chillanejo Israel Villablanca, el mismito que le llevó su cuadro a la Pausini y pretendió repetir la hazaña con Rod Stewart, pero no le resultó.

Vivaracho como él solo, se coló en la sala con un retrato del británico, irrumpiendo en plena conferencia. Se presentó ante Dickinson y le pidió que autografiase su obra. Ante la mirada ¡plop! del propio artista y del resto del respetable, el melenudo consiguió su cometido.

Lo penca fue que después de eso, se dio por terminada la conferencia y varios se quedaron con la media vena de seguir escuchando al ídolo y preguntar más cuestiones.