Los ofrecimientos de cornetes de DJ Méndez a Pedro Ruminot y la cabeza cortada de Murdock son dos botones que dejan clarito que cada vez está más ruda la pega de hacer reír.
La parodia "Los Meléndez" fue la carcajada que rebasó el vaso de la tolerancia, agua que ya había quedado turbia después del chiste cruel sobre los judíos que le costó la pega al lagarto Murdock.
Con todos estos antecedentes, más el condimento de una sociedad que está más sensible con los históricos temas con los que se ha hecho reír en Chilito, los límites del humor se ven cada vez más difusos, lo que obviamente le pone mayor complejidad a la pega de los chistólogos.
Según Fabrizio Copano, "Leo Meléndez Jr." en "El Club de la Comedia", "los tontos graves están en la tele. La gente común no reclama por el humor, se muere de la risa. El país es mucho más grande que cien viejas mandando mails para reclamar", analiza.
El cabro está en el ojo del huracán por su parodia al hijo de DJ Méndez, pero defiende su rol. “No creo que mi personaje se muestre gay, es un personaje más sensible que su padre nomás. Quizás como es más adolescente es más curioso”, explica Copano.
Pero esto de cuestionar el humor no sólo es algo actual. Es cosa de echar el DVD p'atrás y recordar que hace poco a Mauricio Flores lo hicieron pebre cuando estuvo en Viña por sus chistes que por más de un zar de la opinología fueron catalogados de "homofóbicos".
"Los chilenos somos chapas de dos caras, queremos dar una imagen de intelectuales, de que somos intachables, de que nos molestan algunas cosas, pero cuando estamos entre amigos hacemos los mismo chistes que criticamos", la deja ahí "Tony Esbelt".
Para el Palta Meléndez, el camino está claro. "En estos tiempos hay que ser más cuidadoso. Hay que hacer humor y no burlarse ni mofarse, tener más tino para decir las cosas, para que no suceda lo que pasó con Murdock, a quien lo traicionó la inexperiencia".
Similar mirada tiene Zip Zup, quien cree que "el humor siempre va a ser bueno mientras no hagas daño al otro. Yo prefiero pasar por fome que por roto", tiró el engominado, aunque obviamente hay algunos que creen que eso es dar el brazo a torcer.
“Si somos nosotros mismos los que nos autocensuramos, la cosa se nos va a poner compleja. Ya no nos vamos a poder reír de nada. Falta que los gordos y los pelados se sindicalicen para que no podamos hacer chistes de nada más. No hay que ponerse tan graves”, aportó Pablo Zamora, el “Profesor Salomón”.