De todo tuvo la primera versión del Festival de Viña del Mar realizado por Chilevisión. Y es que fuimos testigos del piscinazo más infartante de una Reina y del escote más generoso. Pero también de la pelea de dos grandes de nuestra farándula y el renacer de un devorado por el monstruo.
Cómo olvidar el reinado de este año: Andrea Dellacasa prometió que, si era elegida soberana del Festival, haría algo sorprendente... Y cumplió. Se lanzó a la piscina del Hotel O´Higgins, pero antes se sacó su bikini y dejó ver todo su cutis, menos sus lolas cubiertas por un parche y abajo, un conchero.
Para continuar con el destape festivalero, Carmen Gloria Arroyo sorprendió a todos durante la Gala con un generoso y exhuberante escote, que la catapultó de inmediato como candidata a reina. Si bien no ganó, siempre dijo que lo estaba pasando chancho.
Punto aparte fue la presentación de los humoristas. Dino Gordillo y Óscar Gangas triunfaron en la Quinta Vergara. Ambos se llevaron dos antorchas (de oro y de plata) y marcaron peaks de raiting, de 53 y 54 puntos respectivamente. Pero quien más disfrutó el éxito fue Gangas, ya que volvía a Viña tras haber sido pifiado hace 13 años en ese mismo escenario.
Una mocha de aquellas fue la que protagonizaron el cantante Américo y el conductor del certamen, Rafael Araneda.
Tras el show, al ínterprete de Te Vas le dieron los monos y se fue en picada contra el Rafa, a quien acusó de cortar su presentación y de pedirle que lo ayudara a manejar al Monstruo, ya que venían más artistas y la barra no quería que dejara de cantar.
Ante esto, el Rafa respondió que lo respetaba como artista, pero que ya había recibido todos los premios esa noche.
Otro que se agarró de las mechas con Araneda fue Dino Gordillo. Si bien su rutina fue todo un éxito en Viña, el humorista alegó porque según él, lo bajaron antes del escenario.
Y lo que sin duda quedará para los anales de la fiestoca musical más importante de Chilito fue la presentación de Ricardo Meruane, a quien el Monstruo se lo comió con zapatos.
Una rutina fome y en la cual él no paró de decirle a la gente "gracias, gracias, no se molesten", hizo que durante 20 minutos lo taparan a pifias, ganándose la mala onda de toda la Quinta Vergara.