Cinco mil almas convirtieron Estación Mapocho en mansa salsoteca

Quizás la única característica común que evidenció el variopinto público que asistió a "La gran fiesta de la salsa 2", fue la imperturbable sonrisa de sus rostros. La barra que llegó a vacilar durante la noche del sábado a la Estación Mapocho, simplemente quedó pochita de tanto "eo, eo".

Desde las 21:30 horas, la gallá pudo gozar con tutti gracias a las cototas presentaciones que realizaron parte de los salseros más importantes del globo. En esa, Willy Chirino y Lalo Rodríguez dejaron clarito por qué se transformaron en números puestos en cualquier brillo salsero que se precie de tal.

Pero no sólo los internacionales dieron clase durante el vacilón, porque demostrando que la salsa tiene un espacio más que ganado en nuestro país, la orquesta Cañandonga y el cantante Harold Santos dejaron la grande entre el respetable que colmó el ex recinto ferroviario.

Todo en un ambiente 100% fiestero que permitió un vacilón en onda familiar, que incluyó a comensales de todas las edades desplegados entre las dos pistas de baile y los amplios sectores dispuestos con mesas y sillas, especialmente ubicadas para regalarle camaradería al carrete.

Los grandes momentos musicales de la noche estuvieron marcados por las visitas provenientes de Norteamérica. El primero corrió por cuenta del boricua Lalo Rodríguez, quien pocos minutos antes de la medianoche dejó la mansaca interpretando el tema "Ven, devórame otra vez". El segundo correspondió a la notable presentación de Chirino y todos sus músicos, quienes desplegaron buena música y bailoteo al por mayor.

Jorge Ruz Arias

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