¡Coco regalón!

Con una rutina cargada a la crítica social, Coco Legrand se echó otra vez al bolsillo al Monstruo y mató como el primer número estelar del Festival de Viña.

El sociate apenas pisó el escenario fue recibido con una ovación, al punto que ni siquiera había alcanzado a contar su primer chiste cuando la barra le empezó a gritar "ídolo".

El Coco, tal como lo había adelantado, llegó arriba de su Harley Davidson, la que presentó como la Pame Díaz: "Es fiera, negra y rica".

Pero eso fue sólo el comienzo, ya que después realizó una segunda entrada con otra moto, la Fernanda, en alusión a la rucia Hansen, polola del Pipe Camiroaga.

"Ésta es mi última joya, la Fernanda, celeste por sus bellos ojos", dijo, mientras Sole Onetto entraba en el juego y picaneaba al humorista para que diera más antecedentes de la moto.

"Está vendada porque se sacó la cresta hace poco... No tiene patente, por eso la saco poco", continuó Legrand, mientras el Pipe decidía entrar en la funcia.

"Voy a tener el privilegio de montar a la Fernanda", decía Camiroaga, mientras el público se mataba de la risa.

Al final el Coco se la jugó con una rutina cargada a la crítica a los políticos y los adinerados. Su rutina sacó tantos aplausos que se ganó tres antorchas y una Gaviota.

"MI VIEJO ME BAJÓ DEL FESTIVAL"

Matías González, el hijo menor (del primer matrimonio) del Coco Legrand, quiso subirse al escenario para rendirle un homenaje a su taita, pero el humorista se negó.

"Se pensó que podía estar arriba del escenario, pero al final se decidió que no, para no arriesgar un número que está asegurado. Así que mi viejo me bajó del Festival", aseguró el chascón.

Pese a su frustración, explicó que lo importante era estar en la Quinta y acompañar a su taita. "Quería entregarle un reconocimiento, compartir escenario y recibir el aplauso de la gente, pero pudo ser complicado", concluyó.

BESO ENFERMO DE DESABRIDO SE DIERON LA SOLE Y EL "HALCÓN"

Más desabrido que un vaso de agua con cal fue el "amistoso" calugazo que se chantaron los animadores del Festival de Viña del Mar, Felipe Camiroaga y Sole Onetto, quienes llegaron a su primera noche en la Quinta tirando más pinta que moco en la frente. Él con un elegante traje azul y ella con un ceñido y sensual vestido de color negro. ¡Ñaaaaaaaaaaam!

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