Lucho Jara está chantado. Le dijo adiós definitivo, según él, a las marraquetas, asados y chorrillanas con longas, desde que se puso una manga gástrica.
Hace tres semanas el animador de Tu cara me suena, de Mega, se sometió al procedimiento médico que achica la guata por dentro, para de una vez por todas ser el flaco que siempre ha soñado.
“Me operé pesando 98 kilos y es la solución definitiva a mi sobrepeso. Ahora me siento sano, vivo y con ganas”, contó el cantante, harto más chupado y devorando un minúsculo pote de papilla como almuerzo.
“Los primeros tres días estuve a pura agua, en los cuatro que vienen se agregan lácteos y después colados”, detalló.
-¿Te sientes livanito?
-Ahora me creo la muerte. Me resistí durante muchos años a pensar que tenía un problema con el sobrepeso. Vengo con esto desde que tengo 18 años, pero cuando uno cumple 46 el sobrepeso moderado se convierte en un problema de salud.
- ¿Cuántas maletas te harás con el cuerito que sobre?
- No tengo charchas, porque tengo buena piel. No quedé con ese problema de quedar como suelto, porque tengo la piel muy dura. ¡Hasta me aparecieron calugas!, mira...
- Oh yes, estás mejor que el Petaccia...
- Jajajá, lo que pasa es que he hecho mucho deporte y el músculo tiene memoria, por lo tanto cuando se desaparece la grasa aparecen músculos que estaban sólo escondidos.
- Y los asados, los sánguches de potito, ¿nunca más?
- Espero comerme un choripán pa’l 18, o que el médico me dé la pasada para saborear un pedazo de entraña por lo menos, porque uno con esto no pierde el gusto por la comida, sólo reduce las cantidades.