A su llegada a Chile en la madrugada de ayer, procedente de Italia, junto a su prole, María José López evitó que la prensa fotografiara los rostros de sus trillizas Isidora, Rafaella y Rebeca.
Las pequeñas iban más tapadas y abrigadas que hijo único y, según las malas lenguas, la modelo y su marido, Luis Jiménez, negociaron con una revista de papel cuché el estreno en sociedad de las bebitas.
Pese a que la "Coté" se mostró esquiva con los periodistas tanto de farándula como deportivos, quienes desde muy temprano la esperaban en el aeropuerto de Santiago, nos aseguró en un breve diálogo cargado a los monosílabos que el viaje de más de 13 horas en avión fue piola. Eso, considerando que las criaturitas no superan los dos meses de vida.
- ¿Cómo llegaste, María José?
- ¡Bien, gracias!
- ¿Algún atado en el vuelo?
- Fue todo muy tranquilo.
- ¿Se portaron bien las guagüitas?
- Sí, regio.
La misma blonda dejó entrever después que otro de los objetivos de la visita del clan Jiménez-López es que sus respectivas familias conozcan a las niñitas.
También trascendió que el mediático matrimonio tiene intenciones de nacionalizarlas chilenas.
Consultada por el resto de los medios sobre el tiempo que piensan permanecer en el terruño, dijo que no lo tenía claro.
Tras guardar los coches de las trillizas en el pick up de una camioneta, el "Mago" y su pierna abandonaron la terminal aérea en vehículos diferentes. La "Coté" lo hizo sonriente en ese tocomocho, mientras que el futbolista se subió en otro más chicoco.