Tapada en pega pero siempre con una sonrisa brillante anda María José Quintanilla, que hace poquito regresó de Los Angeles, California, donde pasó mes y medio grabando los temones que formarán parte de su próximo cidí.

La lola, que ahora tiene 21 años, de entradita nos comentó cómo fue grabar en las tierras del Tío Obama: "Cuando llegué a Los Angeles fue trabajo, trabajo, trabajo, pero fue bonito, porque conocí a grandes músicos. Allá se acogió el proyecto muy en buena y tuve colaboradores como Cristian Castro y Vicente y Alejandro Fernández".

- O sea lo pasaste a todo cachete...

- Sí, aunque el único problema fueron los aviones. Tomar un avión es muy intenso para mí, le tengo mucho miedo.

- ¿Hoy qué queda de la niña que partió en Rojo?

- Quedan los sueños, quedan las ganas, el amor por la música. Esa ingenuidad que tienen los niños siento que la conservo y no la quiero perder por nada del mundo, pero también está esto de una mujer que tiene una vida de más adulto. En el interior sigo siendo una cabra loca pero con la responsabilidad de un adulto.

- ¿"Crecerás" algún día?

- Yo siento que el crecer lo voy demostrando a través de la música, porque el día que cambie voy a ser otra persona, una persona que no me enseñaron y no soy.

- ¿Extrañas la tele?

- Se echa de menos la gente con la que trabajo. Cuando voy a los canales es ¡Cotetita!, cómo estás, que rico verte, en todos los canales tienen conmigo un aprecio distinto porque me ayudaron a crecer.

- ¿Has visto a tus ex compañeros de Rojo?

- El otro día me encontré con la María Jimena Pereira y nos dimos un abrazo bien apretado, con ene nostalgia. Y así me pasa cada vez que me encuentro con algún compañero antiguo.

- Tú saliste de un programa de talentos. ¿Qué te parecen todos los que han nacido hoy en la tele?

- Hay de todo, unos que imitan, otros que no. Lo más importante es que exista la pantalla, le dan oportunidad a grandes talentos que se puedan mostrar.