Ha sido todo un proceso para Daniella Campos. Quizás lo más cercano a darle una vuelta de tuerca a su vilipendiado historial farandulero.
Es que convertirse en madre ha sido un cambio radical para la mujer que a fines de los noventa se mechoneó con Titi Ahubert por el amor de Iván Zamorano.
El nacimiento de su pichicha Florencia Leguina Campos le cambió la vida, en especial porque la guagüita llegó a este mundo cruel 25 días antes de lo esperado, poniendo en riesgo la vida de ambas criaturas.
"Le agradezco mucho a mi doctor (Víctor Dezerega) la decisión (de realizar una cesárea), porque yo no quería y podría haber sido muy peligroso para ambas seguir con el embarazo", recordó la gemela en cháchara con el portal Enportada.cl.
DETALLES
Desde su habitación en la Clínica Las Condes, la morena contó que el día de su alumbramiento llegó a marcar la cuática presión de 225 con 120 mmHG, por lo cual estuvo a un paso de morir.
En esa onda, la chiquilla agradeció que su niñita fuese lo suficientemente grande como pa' estrenarse antes de tiempo. "Esta guagua iba a ser gigante, de cuatro kilos de peso y por lo menos 53 centímetros. Eso permitió la opción de la cesárea de urgencia sin incubadora", explicó.
Ya con la tranquilidad de haber salido bien del tete, Daniella agregó que "el susto ya pasó. Ahora solamente estoy viviendo este momento, el más feliz, el más importante de mi vida".
Como toda mami, la gemela apuntó: "Te juro que la miro y pienso que daría la vida por ella. Es que esto es otra cosa, otro tipo de sentimiento".
Con emoción, la morena desmintió haber querido cobrar por mostrar a su angelito. "No sé de dónde sacaron eso. Lo que pasa es que no estaba bien, he tenido muchos exámenes y no me dejaban hablar por la cesárea, pero ahora que estoy mejor puedo compartir mi felicidad tranquila", afirmó.
