"Dedico este triunfo a todos los que fallecieron en Antuco"

Si hay alguien en este país que ha vivido las dos caras de la moneda, ese es Rodrigo Aguilera. El chiquillo fue uno de los sobrevivientes de la fatídica marcha militar en Antuco, la cual le quitó la vida a  45 soldados.

Pero luego de estar cara a cara con la muerte, ahora mi socio vive el lado positivo de la vida, ya que logró hacer realidad uno de sus máximos sueños: Iniciar una inesperada carrera en la televisión.

Aguilera será nada menos que uno de los cantantes del renovado "Rojo, el valor del talento", conducido ahora por el rucio Martín Cárcamo.

El cabro no se la puede creer, ya que todo se dio muy rápido. Sin embargo, los recuerdos de Antuco son una herida difícil de superar y apenas le tocan el tema los lagrimones le caen por la mejilla.

- ¿Cómo se gestó tu llegada a "Rojo"?

- Estaba viendo televisión y dieron el comercial de los cantantes que quisieran participar… Eso fue un viernes y el  lunes dije me voy como sea. Pero yo justo estaba de guardia ya que estaba en Arica como militar, así que tuve que pedir permiso para venir a Santiago…

- Menos mal que te lo dieron...

- Sí, es que justo coincidió con que el martes estaba saliente de guardia. Apenas llegué el jueves hice los papeles y participé en el casting masivo…

- ¿Cuánto esperaste?

- Llegué a las 11 de la mañana y salí a la media noche. Cuando me dijeron que quedé no me la podía creer.

- Es difícil compatibilizar la carrera militar con el canto.

- Lo que pasa es que en el Ejército conocí a mis mejores amigos. Acá en "Rojo" hago lo que amo. La música es el regalo más grande que Dios pudo darme.

- ¿Cantabas en las retretas?

- Allá a mis compañeros los tenía con las orejas planas. Cantaba todo el rato, hasta en la ducha, al punto que me decían 'ya po'h negro, cállate'. Pero cuando supieron que quedé en "Rojo" se pusieron todos contentos.

PENA

A Rodrigo se le llenan los ojos de lágrimas y le cuesta hablar de la experiencia vivida en Antuco, donde varios de sus amigos perdieron la vida por culpa del fatídico viento blanco.

El cabro reconoce que si hoy está vivo es sólo por milagro.

- ¿Cómo recuerdas Antuco?

- Gracias a Dios sobreviví... Mucho se lo debo a mi abuelita que está arriba cuidándome.

- ¿Te dio más sensibilidad para cantar?

- El artista es sensible…  Estoy súper emocionado (cuenta entre lágrimas).

- ¿A quién le dedicas tu éxito?

- A mis compañeros que fallecieron en Antuco. A mi familia y a todos los que me apoyaron y confiaron en mi.

- Si bien estás feliz, ¿echas de menos la base?

- Sí, igual echo de menos a mis compañeros, a mi gente de Arica, las tallas.

Karen Punaro M.

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