La relación entre Carolina Ardohain y Martín Barrantes parecía sacada de un cuento de hadas; sin embargo, en la intimidad las cosas eran totalmente opuestas.
Al año de casarse comenzaron los rumores de separación, los que confirmó la misma "Pampita": "Me separé de Martín. No hacen falta abogados, pues él es un caballero".
Mas, esas frases dichas en julio de 2005 quedaron en nada, pues las cosas se salieron de madre y la presencia de leguleyos fue indispensable. En las declaraciones ante la justicia se sacaron todos los trapos al sol.
ADÚLTERA
Luego de tres años de dimes y diretes, el Tribunal de Familia Nº2 de Buenos Aires, determinó el pasado miércoles que "Pampita" fue "adúltera", pues habría empezado el romance con Benjamín Vicuña cuando aún estaba emparejada con el polero.
Si bien ella piensa apelar, Martín está feliz con el dictamen y ya planea una fiesta para celebrarlo.
Respecto a lo que padeció el millonario cuando se hizo pública la relación entre la modelo y el guachón chileno, dijo que "me gritan '¡Cornudo!' en la calle, me cago de la risa porque es verdad... A ella le di todo lo que tenía. Cuando me casé dije 'me gané la lotería', pero me había sacado el peor número".
Respecto a la infidelidad, Barrantes verseó que "ella pretende cambiar su papel de adúltera a víctima... Ella lesionó mi honor".
Por su parte, la maniquí en un principio quiso bajarle el perfil a la separación: "Me da pena... Yo no quería este destino para mí, ni causar daño ni mucho menos".
La primera vez que habló del Benja fue con Susana Giménez. Ahí comentó que el actor llegó a su vida en un momento inesperado, "pero agradezco haber tenido el coraje de no dejar pasar la oportunidad".
FILTRACIÓN
De pronto, salieron a la luz jugosos detalles del juicio de divorcio. Había revelaciones de grueso calibre de ambas partes. Barrantes dio a entender que "Pampita" filtró todo.
En el escrito, Carolina contaba lo mal que Barrantes la hacía sentir "Era intolerable. No trabajaba... Yo era realmente la mucamita que debía trabajar y mantener sola el hogar".
Pero lo peor estaba por venir: "No deseaba tener relaciones sexuales conmigo. Y si lo hacía, no había juego amoroso (...) Me hacía sentir que era un trámite, padecía disfunción sexual".
Además Carolina comentó que su ex "siempre fue inestable emocionalmente... cuando se descompensaba se ponía hostil, demandante y descalificador".