Cuando anda por la calle no son pocos los que sacan el celular para pedirle una "selfie" a DJ Black.
El hombre de radio es un personaje que tiene el cariño popular, y es algo que entiende mejor que nadie ya que su afición juvenil era cazar autógrafos y fotos de famosos.
Desde su juventud que cultivó este especial hobbie, que lo llevó a hacer grandes sacrificios para estar presente cada verano en el Festival de Viña.
"Todo el año trabajaba para juntar plata. La primera vez fue para ver a Zalo Reyes, mi ídolo", rememora el hombre de RadioActiva.
Sin los privilegios de un acreditado, y con el ingenio como su único recurso, volvía a su población siempre con la misión cumplida, y corría ansioso hasta el lugar mágico donde revelarían los rollos que almacenaban las postales con las que sorprendería a todos.
Pero la tarea era titánica, aunque no tanto para su personalidad, la que le permitió salirse siempre con la suya.
"Al principio me paraba en la puerta del Hotel O'Higgins y del Miramar, a la suerte de la olla, por si se divisaba a algún artista, pero con los años fui descubriendo alternativas y depurando mis técnicas", relató la voz de "El Portal del Web", a quien igual le da pudor esta etapa, pero jamás reniega de ella.
- ¿Cuál era tu técnica infalible para lograr la foto?
- Descubrí que al Hotel O'Higgins había que entrar cara de palo nomás. Había que llegar bien pinteado, caminar con tranquilidad, con la vista al frente y nunca dudando.
Cuando un guardia me paraba, yo con mucha seguridad le decía: "Disculpe, estoy consumiendo adentro", y seguía.
Claro que después me compraba un vaso y tenía que hacerlo durar toda la noche, hasta iba al baño a echarle agua, jajajá.
- ¿Estando ahí ya era posible acceder a una foto?
- Claro, y los artistas no tenían problema en sacarse fotos, no como ahora.
- En esa época no habían celulares, que han facilitado esa opción, ¿cómo lo hacías?
- Siempre andaba con mi cámara, y le pedía a alguien que se paleteara y la sacara.
Fotos atesoradas
- ¿Alguna foto que atesores más que otras?
- Tengo una muy buena con un artista que hoy es top. Él alojaba en el Miramar, y yo tenía un tío que trabajaba allí, que me ayudaba a pasar.
Me instalaba en la piscina a ver si alguien bajaba, y un día pasó...
- ¿A quién vieron tus ojos?
- A Ricky Martin. Venía solo. Me acerqué haciéndome el leso, como que no lo cachaba, y le pregunté quién era, me dijo:
"Ricky Martin, vine a cantar al Festival". Le pregunté si tocaba esa noche y me dijo que sí. Luego le pedí si nos podíamos tomar una foto, y no tuvo problemas. Eso sí, le pedí que fuera especial.
- ¿Cómo así, Black?
- Le pedí que diera la impresión de que fuéramos grandes amigos, él accedió.
- Una cosa eran las fotos, pero, ¿ibas a los shows? ¿los ahorros alcanzaban?
- No alcanzaban, poh. Pero ahí usé otra de mis técnicas para ir a la Quinta: me conseguía una credencial de vendedor de café.
- ¿Cómo?
- Como era patúo, hablé con los vendedores a ver si había alguna posibilidad, y me dieron una credencial, pero con una condición:
En ese tiempo ellos ganaban comisión por vaso vendido, y la única manera de llevar un control era con los vasos, así que entraba a la Quinta con una mochila como con 200 vasos y ahí se los iba pasando, jajajá.
Todos los años me llamaban para saber si iría y acreditarme.
- ¡Buena jugada!
- Hacía de todo para poder vivir el Festival. Mi sueño era trabajar en las comunicaciones, así que me iba a meter a un patio donde estaba toda la prensa.
- ¿Sigues viviendo el Festival con esa pasión?
- Hace años que ya no, porque después de ser caza fotos, lo viví trabajando para la radio, pero ya le perdí el sentido, porque cada vez es más comercial, está pensado como un show para la tele, el Monstruo ya no existe y la magia que tenía se perdió.
- ¿Sólo eso te alejó?
- Mmm... Me acuerdo que cuando venía Marco Antonio Solís (2015), estaba en la fila para comprarle la entrada a mi viejo, que era fanático, y justo ahí me llaman para decirme que se había matado...
Desde ese día dije "no voy más a esta weá".