Bien pasado a los olores fuertones ha andado Don Omar en su reciente visita al país, mi pana, porque así como se le cachó a la legua que anduvo con tufada etílica en su llegada al aeropuerto de Santiago el pasado domingo, ayer en su conferencia tuvo que chacharear con la prensa en un ambiente pasado a fritanga.
El motivo se debe a que minutos antes, el salón de la conferencia fue ocupado por Carolina Arregui, que para ganarse más votos de la prensa en su candidatura a reina del Festival de Viña, no encontró nada más piolita que cuadrarse con 300 empanadas para los reporteros, dejando el recinto pasado a fritura, mariscos, carne, queso y un sinfín de sabores pegotes.
En medio de todo ese buqué, Don Omar dejó en sus roperos todas sus tenidas reggaetoneras, más sus anillos, collares, joyas y todos los componentes de su millonario blin blin, para dejarse caer con un sobrio traje oscuro y camisa blanca.
EL MEJOL
Luego de agradecer su nueva visita a su Chile querido, Don Omar partió comentando que no tiene ni un atado con sus compañeros de pega, los astros Tito el Bambino y Daddy Yankee: "No quiero hacer mención de quién es mejor o quién es peor. Ojalá que podamos hacer más trabajos juntos".
El momento más seriote fue cuando el maestro del perreo se refirió a sus orígenes pobletes en Puerto Rico: "Yo nací en un barrio muy pobre, soy hijo de madre soltera. Tuve muchos problemas en mi crecimiento (...). Lo único que he ganado es el conocimiento y el entendimiento de que la pobreza sí se puede combatir".