Un invitado de orégano, más grande que el viagra, tuvimos ayer en nuestro pulento webshow "Cuaaaaarrrrrteando el Festival"...
Hablamos del triunfador de la primera noche festivalera: Coco Legrand.
El humorista, a quien le faltaron manos para llevarse arriba de la moto todos los premios que le entregó el Monstruo, apenas despertó en su catre del Hotel Sheraton, se vino con la carita lavada y llena de risa al set para celebrar su triunfazo en la Quinta con los capos de La Cuarta.
Sentadito a la mesa junto a Faloon Larraguibel y Elías López, gerente de Broncerías Chile, Coco verseó lo orgulloso, contento y agradecido que está de la barra pop que lo regaloneó. Y es más, sopló que hasta el mismísimo Paul Anka se río a mandíbula abierta de sus pelacables. "Sé que él pidió que le tradujeran todo mi espectáculo y yo lo encontré genial", soltó el motoquero, que esta semana verá cuándo entra a pabellón a operarse su fémur "infartado", que lo tiene pa' la historia. De postre le metimos más conversa y nos fuimos en la profunda...
- ¿Te sientes la "vaca sagrada" del humor, un gallo que haga lo que haga sobre el plató se va a echar al bolsillo al público?
- No, yo estoy lejos de ser una vaca sagrada. Podría ser un toro sagrado, jajajá. Siento que no soy eso, que la gente tiene respeto porque sabe que lo que hago es con pasión, trabajo ciento por ciento observando lo que pasa en este país con su gente. El público me tiene respeto, cariño, porque siente que yo también los he respetado a ellos. No he fallado en mi labor como humorista.
- ¿Para cuántas Quintas más estás?
- Con esto me siento perfectamente bien. Ahora me toca a mí el sillón de palco para observar lo que hacen los demás. Con esto ya está bueno, con media docena ya está bueno.