El diablo metió la cola y la Manguera

No, querida barra, si no hay fórmulas mágicas para esto del amor. No importa tener un hermoso caracho, una tremenda herramienta y el manso billullo para ser feliz, porque cuando Cupido quiere lanzar torcido, se manda solo y deja la mansaca.

Usted mejor que nadie puede decirlo, Gonzalo Valenzuela, porque le llegó manso ni que bazucazo en la nuca del maldito querubín, provocando un incendio que ni su famosa manguera ha logrado apagar. Estimado compatriota, quiero contarle que toda la galucha le manda un caluroso y solidario abrazo en este complicado momento.

Si usted señora se viene recién enchufando a este cahuín, le cuento que nuestro representante de la telecháchara nacional agarró sus pilchas y se mandó a cambiar del chalé que compartía con la flaca che Juanita Viale en la ciudad del Obelisco.

¿Alguna mala cara? Peor que eso.

Resulta que Juani tenía ganas de invertir la plata de un pituto en la Bolsa y para asesorarse no se le ocurrió nada mejor que pedirle una ayudita al ex ministro de Economía del país del bife chorizo, Martín Lousteau, un cabrito mateo y encachado.

La cuestión es que entre acciones e impuestos, los trasandinos sacaron sus propias utilidades y le empezaron a poner los cachos al Manguera. Si la tontera ya era fea, el miércoles se puso color Sarita Vásquez cuando la prensa los sapeó rayándole la pintura al chileno en su propio auto y se publicaron fotos y un video de la parejita babeándose de lo lindo en el tocomocho.

Y ahí es cuando el flaco se mandó a cambiar, para salvar un poquito de orgullo, porque para ponerle la guinda al pastel, resulta que la pierna suave de nuestro Gonzalito está esperando el segundo descendiente del actor.

Imagino, compipa, que se le tiene que haber venido un rosario de improperios al mate para dedicárselos a la nieta de la señora buena para la vianda, la Mirtha Legrand; ya que todo Chiloé tendría que haberse puesto a tejer hace como un año para dar el ancho a tamaño gorreo.

Si se fue a pernoctar a un hotel, mínimo es que se haya mandado un Charly García y haya dado vuelta hasta la tina de la rabia, pero le aconsejo tomarse un cóctel de Armonyl, Valeriana y agüita del Carmen, y mantener la calma. No es fácil, pero hágalo por sus pitufos.

Todo indica que su relación con la piba ya había funado hace rato, si no, no se explica tamaña chanchada.

Los detalles sólo los conocen ustedes, pero la lola apostó al todo o nada cuando se le ocurrió ponerle los cuernos. El atado es que con esa ruleta rusa perdieron los dos. O los tres, o los cuatro, si contamos al broquita y al que está por llegar al mundo.

Ahora cae de cajón que va a tener que hacer la cuática del ADN, porque no pueden esperar a lorear si el escuincle sale bueno para las sumas o para la pantomima para determinar quién es el progenitor de la criatura.

No se me enoje rucio, si lo lógico es lógico, además, el barsa del chascón albiceleste dio una entrevista hace como mes y medio parlando que tenía "un amor prohibido", y quizás desde cuándo que gateaba hacia su auto.

La dura es que ese cacheteo no tuvo mucho de "prohibido" y le comió la color sin remordimientos. El problema es cachar si acaso le querían pasar gato por liebre con el retoñito. Recuerde que ya antes habían colgado a la Juanita de la raqueta del Gastón Gaudio.

Chalito, usted lo debe estar pasando más mal que carnicero en jueves santo, pero el tiempo todo lo cura. Por mientras una reflexión para nosotros, los mortales: A veces el diablo no sólo mete la cola. También le gusta jugar con la manguera.

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