Un matón de peso aparecerá mañana en nuestras vidas, para hacerlas aún más complicadas de lo que ya son... Como si con el "Transcacho" no tuviésemos suficientes dramas, ahora "El Club de la Comedia" nos amenaza con "Pablo Escolar Gaviria", un mafioso de primera línea.
Esta versión pingüina del "Patrón del Mal" la engorda Rodrigo Salinas, quien se vuelve a vestir de colegial pa' encarnar a este malvado y barbudo alumno, que no le teme a las anotaciones negativas ni a los retos de sus profesores.
“Hay que partir aclarando que esta no es directamente una parodia a Pablo Escobar. Solamente tomamos algunos elementos y los adaptamos a otra historia, que en este caso es un curso de colegio”, cuenta el Guatón sobre su nuevo chiche televisivo.
- A ver Guatón, “¿Patrón del Mal” o “Del Pan”?
- Yo diriá que del pernil.
- Te sale pulento el acentito de Pablo Escobar...
- Le da un toque, poh. “Pablo Escolar” tiene que hablar así como colombiano, pa’ que calzara con su identidad.
- ¿Qué es lo que ofrece este gordito malvado?
- Él es como el típico matón del curso, ese cabrito mañoso que se sienta al fondo de la sala y al que todos le temen. Conviene más ser amigo de él y pagarle con algún dulce pa’ que le pegue a otro cabro molestoso que se quiera pasar de vivo.
- ¿Qué enemigos tiene “Pablo Escolar”?
- Los enemigos de “Pablo Escolar Gaviria” no son necesariamente sus compañeritos de curso. Él no pasa a los profesores. Y también se quiere pitear a Batman, Superman, Aquaman, Redman y al Chupacabras... ¡Ah, y al Correcaminos también!
- ¡Es malena el socio! Oye, ¿qué tal volver a chantarse el uniforme?
- Me hubiese gustado más ponerme jumper, eso sí, jajajá. Es más chistoso que la cresta, poh.
- ¿Cómo eras tú en el colegio, gordo?
- Yo era de los güenos pa’ la talla nomás. Era más flaco que ahora, pero mis compañeros se empeñaban en ser esqueléticos pa’ que igual me viera guatón.
- ¿No eras matón?
- ¡No, pa’ ná! Me gustaba más agarrar pa’l hueveo a los que me tiraban tallas. En esa onda así del “eeella, la chistosa. Eeella, la Zip Zup”. En el colegio aprendí a defenderme hueveando.
- ¿Eras muy pelusa en el cole, Rodri?
- Me sentaba atrás, pa’ poder pelusear tranquilo y también pa’ dormir. Yo creo que era uno más de la banda del hueveo, porque era colegio de hombres y nadie se quedaba chico. Imagínate cuando entraba una mina, hueón... ¡Si hasta a las monjas las cuarteábamos, jajajá!