La estadía de Miguel "Negro" Piñera en la clínica siquiátrica Santa Sofía lo tiene tan mal y desesperado, que en las 48 horas que lleva adentro ya se las ha ingeniado para hacerle cuatro llamados de "auxilio"a su yunta Gustavo Pradenas.
El martes en la noche fue sacado por un rato del recinto para hacerle un chequeo completo en la clínica Las Condes y ahí, en una volá del equipo, el "Papurri" se consiguió un celu y marcó. "Fue un llamado dramático, quería que lo sacara de ahí...", relata Pradenas al diario pop.
Tras ese S.O.S, ayer y de vuelta en la Santa Sofía, el músico nuevamente agarró un teléfono y le lloró la carta al sociate. "En la tarde recibí un cuarto llamado de Miguel, fue muy desesperado nuevamente ante lo cual opté por llamar a otros amigos para que me acompañaran a la clínica", agrega con un tono que denota preocupación.
Siguiendo esa idea es que durante la tarde él, más el empresario discotequero Felipe Barriga, llegaron hasta el centro, ubicado en la comuna de Las Condes. Si bien aparecieron casi con traje de combate pa' emprender un rescate anfibio, la dupla de amigotes no le pudo ni ver la sombra a la boina del iñor.
"Nos apersonamos en bloque y tratamos de hablar con Miguel, pero fue imposible... Sin embargo, nos recibió el director de la clínica y nos permitió entender en qué contexto se generaban los llamados de Miguel", explicaron los cumpas, luego de su fallida operación de salvataje.
En la breve visita que se mandaron se encontraron con Pablo Piñera, hermano del músico y quien junto a su hermana Magdalena son los que llevan la batuta en la situación que está viviendo el pariente. "Pablo me dijo que no interviniéramos, que mantuviéramos distancia del tema", detalla Gustavo.
- En tus drasmáticas declaraciones a la tele diste a entender que poco menos el "Papurri" estaba secuestrado en la clínica por su familia...
- Claro, pero con la información que hoy nos entregó el director quedó todo claro.
- ¿En qué sentido?
- Ahora estamos muy tranquilos. La decisión de la familia es acertada sobre la base de lo que ellos conocen de él, pero con quien comparte casi 20 horas de su vida diaria es con nosotros. Por eso lo conocemos profundamente.