Si bien todavía está lejos de llegar al punto de no verse la punta de los pies, para nadie es un misterio que el físico de Fernando González cambió tras colgar la raqueta. Tal como le ocurre a la mayoría de los deportista, el "Feña" no pudo mantener las calugas que dejaba con los chitecos abajo a las evas.
Sin embargo, "Mano de Piedra" no se hace dramas y cacha que, tras dejar el tenis después de 13 años de actividad, se fue el porcino con los postres, lo que le ha generado más de algún palanqueo de los pesotes de siempre.
"Me sentía más cómodo antes jugando al tenis, cuando estaba en mejor forma y estaba más activo, pero hoy día lo disfruto mucho, porque es un poco más relajado, es un poco competitivo, a su vez, pero es otra forma de vivir el tenis" sostuvo a Intrusos el campeón olímpico, que todavía la suda en el tour de veteranos.
Eso sí, el "Bombardero de La Reina" no se quedó ahí y se la jugó con un sentido mea culpa por los odiosos kilitos de más que poco a poco se empiezan a notar en su humanidad.
"Llevo tres años retirado y dije 'ahora sí que me pongo las pilas' para ponerme en una forma buena, digamos. No pretendo estar como cuando jugaba, pero sí como una forma de vida para empezar. Ahora hay dolores. Mi alimentación no era como antes. El entrenamiento tampoco. Pero claro, cuando viene un torneo y tengo tiempo, trato de prepararme un poco para llegar bien y pasarlo mejor", remachó el "Feña".