Roberto "Rumpy" Artiagoitía no tiene censura para hacer películas, ni para hablar de cuanta cuestión le pongan sobre la mesa y así lo confirmó anoche en "Animal Nocturno", donde fue convidado para comentar su último filme "Grado 3".
Como el tono califa de la cinta lo ameritaba, el chascón cabeza de ajo parló sin morderse la lengua de cada una de las historias en el ring de cuatro perillas que lleva la producción, incluso se dio tiempo para echar al agua a los actores que filmaron las escenas de mayor ebullición.
"En el set y en ese tipo de planos, con dos cuerpos desnudos tocándose, de repente se empieza a ver que hay ciertas extensiones corporales... jejejé", se despachó el locutor, mas para no embarrar a nadie no dio nombres, ah.
Tratando de arreglar un poco la descaseteada, de corrido sumó que lo importante es que pese a dichos bochornos, todos los machos del elenco saben muy bien hacer su pega, así que ni un rollo.
DE FIERRO
Isidora Cabezón, esposa de Roberto, también es parte de la peli y se manda unas escenas con Matías Oviedo para divorciar a cualquiera.
Vendiendo la pescá de que la pega es pega, el socio puso la firme de que se "abstraía" tanto llevando la batuta del luz, cámara y acción, que no le daba frío ni calor presenciar las escenas hot de su mujer.
"No me pasa nada... Se me olvida en ese momento (que son casados), soy el director y ella la actriz. Sucede que cada actor necesita ciertos elementos y uno tiene que dárselos nomás", dijo, haciéndose el duro.
POR EL DESVÍO
Entre los invitados al cocido, también figuró Andrea Molina, en su rol de candidata a diputada.
Tras al hablar un poco de la vida y de la tele, tanto Pipe Camiroaga como Artiagoitía la picotearon para que diera su postura sobre la pildorita del día después. Como buena política, Andrea se fue derechito por el desvío y no dijo ni sí, ni no. Al cacharla en esas, ambos compadres, sobre todo el "Chacotero Sentimental" la apretaron para que se abanderada por una línea. "Te hicieron un curso de política porque estás igual que todos", le alegó el Rumpy, por las puras.
Carolina Ruiz M.
