El Señor de la Querencia: Retratos de una época

Les costó, pero hay que ser sinceros y admitir que el área dramática de TVN logró consolidar el nicho de las teleseries nocturnas.

Tras cojear con producciones que demostraron su inmadurez en el horario, le dieron el palo al gato recién el año pasado con la ambiciosa "Alguien te mira", fenómeno mediático que quebró los esquemas con una telecebolla de suspenso de sólido contenido autoral.

El paso previo para llegar a la actual producción de la estación pública, "El Señor de la Querencia", una telecebolla de época ambientada en el campo chileno de 1920 cuyos personajes reflejan, hasta donde les es posible, el espíritu y los dramas de una época: La liberación femenina versus el machismo, la migración campo-ciudad, los abusos latifundistas y los nuevos pensamientos religiosos figuran entre los argumentos de la pomada que por medio de una ficción retrata un período histórico.

En esa, Julio Milostich calzó justito en el rol de un malo que por esos días no era considerado como tal. Como patrón de fundo, su personaje José Luis Echeñique considera a las personas como parte de su propiedad, sometiendo tanto a los campesinos como a sus mujeres. Su estilo de vida choca con el penetrante pensamiento liberal, en una historia que comenzó lenteja pero que ha ido agarrando vuelo, en especial por la oportunidad dramática que ha representado el doble estandar de un maloso pechoño que se da latigazos, pero igual vuelve a caer.

Por Jorge Ruz

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