Eli de Caso ya no se maquilla. No se preocupa tanto de la ropa y disfruta paseando con su nieta. Según el ex rostro solidario de la tele criolla, alejarse de las cámaras y las luces ha sido para mejor.
Hace cinco años que trabaja en radio Agricultura y le encanta el "nuevo" contacto que tiene con la gente. "Mi vida radial es extraordinaria. He vuelto a nacer", dijo sonriente a La Cuarta.
Trabaja con su hija Krishna. Guían a las personas para que descubran lo que son y se superen. Ganas de volver a la pantalla enana no tiene ni una, pues "la radio es relajada, de bajo perfil, cercana y entretenida. Permite vivir".
- ¿No como en la tele?
- Es que no está el doble estándar. Es más honesta.
- ¿Se puede ayudar más a través de la radio?
- No me atrevo a decir si es más o menos. La tevé es muy poderosa, pero no se saca nada si los contenidos que se entregan no son ad hoc. La radio cumple la función maravillosa de orientar.
- Siento en tus palabras una crítica a la tevé actual.
- Pienso que le falta contenido. Está bien que haya farándula, pero no todo. Ahora hay unos programas nuevos, bien chilenos, que me parecen un aporte...
- ¿Qué te parece la intromisión de la farándula en la vida privada?
- ¿Qué aporta la farándula? Me parece una pérdida de energía y recursos.
AL CUERPO
Cuando Eli hacía su programa de ayuda social, sufrió tanto con los casos, que el cáncer se aprovechó para hacerle pasar un susto. Por lo mismo, la animadora cree que tanto estrés al que se someten los faranduleros puede llegar a enfermar.
Casos como los de Arenita, Edmundo Varas y el tema de las "arañitas VIP" le dan una visión crítica de quienes están en el centro del blablá.
- ¿Qué puede pasar?
- La fama tiene un costo muy alto y a medida que ellos lo van viviendo, se desmoronan en la parte humana.
- ¿En qué sentido?
- No me extrañaría que cometieran actos raros o que se enfermaran. Están sometidos a presión, son manipulados y no están maduros. Después, cuando los botan, quedan destruidos.