A "La Poseída" anoche por fin la dejaron en paz, y tras 73 capítulos al aire cerraron la puerta de la teleserie nocturna con un final que estuvo lleno de emociones fuertes.
Carmen Marín se la sufrió toda, pero finalmente todos sus demonios desaparecieron. Pero no sin antes tener que pagar el precio, pues el personaje de Luciana Echeverría fue dada en sacrificio por Eleodoro Mackenna (Pancho Melo).
En el ritual, a la chiquilla le cortaron las venas, y luego como si fuera poco Mackenna comenzó a levitar. Pero lo raro no terminó ahí, pues Carmen comenzó a flotar por el aire a vista y paciencia de sus captores, los que quedaron en una pieza y salieron aprecue cuando los espantaron Sor Juana (Amparo Noguera), Gabriel Varas (Jorge Archeta) y el padre Raimundo Zisternas, el que se llevó la peor parte.
Sacrificio
En un acto de sacrificio de amor, Zisternas decidió absorberle el demonio a la poseída, lo que trajo a la mente de cualquiera que alguna vez vio "El Exorcista", pues el colúo se le metió con tutti. Para ponerle punto final a las fuerzas oscuras, le rogó a Sor Juana que lo matara, y ella aceptó clavándole un cuchillo en el cucharón.
Tras esto, la monja se encerró para siempre en un claustro, y Carmen se juntó con Gabriel, el que a corazón partido de amor le pidió que se virara, pues tenía que escapar de los Mackenna.
Llorando como una Magdalena, la ex poseída se fue, pero algo le quedaba pendiente, y eso era la venganza en contra de Elerodoro, quien había ya sido proclamado Presidente de Chile.
Cuando el barbudo estaba de lo mejor celebrando, solo en su despacho, se ve la silueta de Carmen acercándose. De repente aparece una pistola contra la sien de Mackenna y... ¡pum! se bajó el telón.