Entre aplausos fue despedida Helvecia Viera. Artistas, familiares, amigos, colegas, admiradores y autoridades asistieron ayer a la iglesia de La Asunción para rendirle un último tributo a la actriz y comediante.
La ministra de Cultura, Paulina Urrutia, había visitado en dos oportunidades a la actriz cuando estaba convaleciente, "acercándose como una amiga", contó el hijo de Viera, Eduardo Aránguiz al diario pop.
"La unidad de esta familia hace que uno se sienta parte de ellos y demuestra no sólo el valor como artista, sino como mujer que tenía Helvecia", agregó una sentida Urrutia.
Quien no podía estar ausente de la misa era Kike Morandé. El "rey del trasnoche" también lamentó la pérdida: "Era muy amorosa y muy querible, la vamos a echar mucho de menos. Nos enseñó a ser humildes".
Pero sin duda, el momento que le apretó la garganta a todos los presentes en la misa fue cuando Eduardo Aránguiz, hijo y vocero de la familia de Viera, se despidió de su madre e hizo un sentido pedido: "Sigan rogando por nosotros para que este dolor se pueda transformar en conformidad(...)Atención, último llamado a escena, a la gran actriz Helvecia Viera", dijo antes de quebrarse.
Tras ser homenajeada por las pergoleras el cortejo fúnebre prosiguió al Cementerio General. Allí el libretista Jorge Pérez dijo : "Ella hizo el papel más difícil, el de la suegra o fea y siempre lo hizo con dignidad, dejándonos mucho que aprender".
Andro Vukovic