Una acusación bastante fea carga por estos días el cantante Cristián Castro. La esposa del mexicano, la abogada argentina Valeria Liberman y con quien hace rato anda como el perro y el gato, lo denunció a la justicia por violencia intrafamiliar.
Liberman declaró que el rucio, famoso por su música romanticona, es terrible de malas pulgas y que incluso en una oportunidad la había golpeado frente a sus hijos Simone, de 2 pepitas y Mikhail Zaratustra, de tan solo 3 meses. Ni un respeto.
La pelea motivó que la bife chorizo partiera derechito a la comisaría a dar cuenta de los hechos y quedó registrada en un informe policial del 22 de enero. En dicho escrito dejó estipulado todo lo que el baladista le hizo y gritoneó, transformado en un verdadero energúmeno.
AÑICOS
Según el documento, una vez Castro llegó a su casa un día antes de un viaje. Quién sabe porqué, el cantante andaba entero de atravesado y empezó a comportarse de una forma hostil y agitado con Liberman.
También versa que el intérprete de "Azul" le mandó el tremendo grito a su esposa y, acto seguido, arrasó con todos los aparatos a corriente que se le cruzaron por su camino.
"La tecnología es malvada", habría lanzado a viva voz antes de mandar dos computadores último modelo a la piscina y hacer añicos un par televisores de este volado.
TEMEROSA
En esta declaración, la abogada deja claro que en esta última mocha el cabro carita de tiernucho no le tiró ni un combo, sin embargo, igual nomás hizo la denuncia ante la ley porque en otras ocasiones sí existió violencia física. Hecho que desde entonces la dejó atemorizada y en alerta a las pataletas del artista, a quien se juró y re juró no perdonarle ni una más.
NO LA PASA
En medio de este escándalo que ha dado vuelta el mundo, la madre del cuate, la famosa Verónica Castro se refirió al tete, dejando como chaleco de simio a la joven. La doña, que últimamente ha estado bastante distanciada de su regalón, expresó que Valeria nunca le gustó como nuera, porque la creía una persona muy altanera y conflictiva.
DIVORCIO
La pareja, casada en julio de 2004, hace rato anda malena y con ganas de no verse más las caras. Primero, Cristián presentó una demanda de divorcio en agosto, de la cual se arrepintió después.
Tiempo después la misma Valeria hizo lo mismo el 19 de febrero. En la solicitud pidió manutención y la custodia de sus retoños y advirtió que no tenía ni un problema en, si era necesario, presentar contundentes evidencias de por qué se le debe dar sólo a ella el cuidado de los cabros chicos.