Que el Rafa Araneda la vaya pensando un ratito si molerá su calzoncillo único en toda la semana festivalera. Su socia Eva Gómez casi se cayó de rayuela cuando leyó en el diario pop la pegote cábala que el tostado usará en la Quinta.
“¡Ay nooo, qué cochino, imagino que lo lavará! ¿o no?”, plantó el grito la sevillana, cruzando los deditos para que su dupla no se olvide de pasar por lavaza su amuleto de algodón.
“A diferencia del Rafa tengo que decir que yo todos los días me voy a cambiar los churrines, ah”, salió jugando la rucia.
- Pero si no cumple su cábala capaz que el mostro se los come a los dos.
- Ah no sé, pero yo no tengo ese tipo de cábalas tan raras. Ustedes saben que lo que hago todos los años antes de Viña es pasar a Lo Vásquez y llevar una foto de mis papás en la que hago un altar, con muchos santitos y agua bendita.
- Chis, partes con santuario propio.
- Armo un altar donde pongo virgencitas, imágenes, medallitas y muchas cosas que sé que me ayudarán.
- Ni catedral...
- Claro, pongo a San Expedito, a la Esperanza de Triana, el Cristo del Gran Poder, San Judas Tadeo, Santa Teresita de Los Andes, la Virgen de la estrella, un envase con agua bendita y una piedra de cuarzo que me regaló una amiga.
- ¡Ese arsenal corretea hasta el Chispa!
- Ese altar es algo que me da energía y tranquilidad. Voy con fe, fíjate que a lo único que le tengo miedo es a la cámara en 360º que te muestra por todos lados, imagínate que se me sale un rollo, qué atroz. Por eso estoy pasando harta hambre, comiendo puras lechugas, jamón de pavo y tomates, todo para que no se me salga.
- Y el corazoncito cómo anda... ¿Llegas casada (con Pablo Morales, director general del certamen) o separada como se cuchichea?
- Eso es un misterio y no te lo voy a contestar... Hay cosas que pasan en la vida, que vienen y van.
- Solterita tendrías más chipe libre para dar el beso, dicen por ahí.
- No tengo problemas con el beso y casada tampoco lo tendría. Llego tranquila y con ganas a animar nuevamente el Festival, a pasarlo chancho con la gente.
