Como Roberto Carlos se casó ayer Fabricio Vasconcellos contra Mariela Román, todos sus amigotes y amiguis los fueron a apoyar en el matricidio por la Iglesia.
Uno de los primeros en llegar a la casa del Pulento fue el compadre del tres piernas, José Miguel Viñuela, quien le deseó las mejores vibras en esta nueva aventura que comienza, aunque no le dejó ninguna receta.
Vasconcellos llegó cerca de veinte para las ocho, acompañado por sus taitiñas y él al volante. Se le veía contento, pero lo tiritón que tiene que estar cualquier compipa enamorado que va a dar el “sí”. Y cómo no, si ya estaba pidiendo uñas prestadas a sus amigotes pues Marielita llegó recién a eso de las 20.30 horas, en un tocomocho de película acompañada por su papi.
Al bajar, como era de esperarse, la prensa rosa se le fue encima, por lo que solo pedía “chiquillos, después vamos a hablar, ahora solo quiero poder pasar para poder casarme” ¡Pobechita! Y no faltó el saco de melones que le pisó el vestido.
A la salida los novios fueron recibidos con rosas y arroz, para luego irse a bailotear al Castillo Hidalgo, hasta el cierre de esta edición.
Ahí, regalonearon a la prensa con unos juguitos y sándwiches, para luego salir a ser fotografiados, y ambos estuvieron de acuerdo en que fue una noche romántica, donde los dos lloraron con sus votos. “Fue una ceremonia muy bonita, estamos muy felices, muchas gracias por todo”, dijo el trípode a la avalancha de periodistas que llegaron a su fiestoca.