"¿Fanny cuánto me dijo? ¿Con qué se toma eso?"

Muchas rubias. Muchas morenas... enjambres  de periodistas, tomateras, fanáticos al borde de la epilepsia, artistas de gafas oscuras, grandes opiniones sobre pequeñas cosas. "El beso", gaviotas por kilo, antorchas también. El Festival es el mismo de siempre y seguramente, en un par de semanas, nadie se acordará si este año vino Paul Anka ¿o fue René de la Vega? y menos recordarán qué día actuó Fanny Lu.¿Fanny cuánto me dijo? ¿Con qué se toma eso?

Mi amigo Peyuco, en todo caso, elaboró una certera teoría en su calidad de seguidor compulsivo de todo lo que pasa en la Quinta Vergara, en especial por estos días que está haciendo méritos en la casa y se reporta, a más tardar, a las 21.30  en palacio. Él me dice que cada festival deja una imagen, una palabra o un condoro que será recordado hasta el día del juicio final.

Si hubiera que archivar este Festival bajo una sola imagen, creo que Anahí, vestida de novia, ensangrentada y con los puñales clavados -sin puntería- por Detroit, es una posibilidad. Estoy seguro que varios cabros chicos van a necesitar sicólogo para olvidar eso.

O Tito el Mendigo, suplicando por su porción de antorchas y gaviotas correspondientes. Este año la organización compró los avechuchos dorados en un remate, parece, y no se quiere quedar acachada con los cacharritos. Mala noticia para Turrón, ya que con tanta sobreproducción, las gaviotas están a la baja en el Persa.

En todo caso, creo que estaremos condenados, por los próximos 50 años, a ver cómo se le cayó el diente a Raphael. Una y otra vez. Habría que preguntarle a mi gurú, el Dandy, cuánta plata ganó por los derechos televisivos por pasar su  accidente dental durante tantos años.

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