La mañana de ayer el frontis de la Intendencia de Santiago se tiñó, por cerca de una hora, de negro. La movida es que unos 40 chascones fanáticos de la banda inglesa Iron Maiden llegaron allí con una sola idea: Entregar una carta al intendente.
Lo que pasa es que estos cabros se quedaron sin entradas para el recital que los rockeros ofrecerán el domingo 9 de marzo en la Pista Atlética del Estadio Nacional y piden a gritos que se cambie la locación del show a un lugar más grande para poder agarrar un ticket. Por eso la visita a la Intendencia, ya que en caso que la productora que organiza acceda a cambiar el lugar ésta ya maneje el dato y no ponga ningún atado.
A eso de las 11 de la mañana le dieron la pasa' a Cristián Rojas, encargado de llevar la carta, quien entró todo canchero a la Intendencia. Al salir estaba más que happy porque el jefe de gabinete del Intendente se lo cuenteó de lo lindo y le prometió que cuando se hiciera la reunión con la productora iba a estar él para llorar la posibilidad que se cambie de lugar el recital.
Pero por otro litro, José Luis Corrales, productor del evento, nos contó que a ellos Chiledeportes ya les cerró las puertas para llevar a Maiden al Estadio Nacional y que la gente que maneja al grupo no quiere, por medidas de seguridad, ningún otro lugar para la tocata.
Lo que queda de consuelo es que se le dé bola a una iniciativa de la productora organizadora y que se les permita meter a 3.600 personas más en la Pista Atlética ya que ellos presentaron un plan que asegura seguridad total con esa cantidad de chascones vacilando de lo lindo.