Con una pena que jamás pensaron vivir y que los tenía a todos con los ojos rojos por las lágrimas era el panorama que ayer mostraron los miles de fans que acudieron a la mansión de Bel-Air, la última morada de Michael Jackson.
Junto con sus devotos, también se hicieron presentes variados reporteros y fotógrafos, que se instalaron lo más cerca posible de la puerta de la mansión del astro de la música para no perderse detalles de la muerte del chicuelo. Lógicamente, toda la gallada no paró de fotografiar el inmenso portón de hierro negro de la mejora del ex morocho.
Jackson estuvo viviendo durante varios meses en Bel-Air, un exclusivo barrio de Los Angeles, California, ya que se vio obligado a vender su famosa mansión llamada Neverland.
Entre las reacciones de los presentes, estuvo la de Roxana Radnia, vecina del finado, que recién ayer cachó que Jackson vivió a pasos suyos. "No sabía lo que estaba pasando. Él era increíble. No puede ser lo que está pasando", comentó la vecina.
CONMOCIÓN
Al hacerse pública la noticia del ataque cardíaco que sufrió Michael Jackson en la tarde de ayer, cientos de seguidores del "Rey del Pop" se reunieron frente al hospital UCLA, de Los Angeles, donde el artista fue llevado por los paramédicos que lo atendieron en "coma profundo".
Muchos fans estaban abatidos por el llanto. "No puede ser", gritaban con la voz quebrada, mientras otros soñaban con que fuera invento.
LUTO
La mayoría de las radios y programas de tevé de Gringolandia, y de gran parte del mundo, comenzaron a programar canciones de Jackson. "Thriller" y "Beat it" fueron los himnos de la tensa espera, que cerca de las 18 horas chilena terminó con la confirmación del deceso.
El silencio se apoderó de las afueras del centro asistencial de Los Angeles. Pero no sólo ahí había fanáticos. En las puertas del Teatro Apollo, de Nueva York, escenario que lo lanzó a la fama, sus seguidores, corearon su hit "Heal the World", como una manera de decirle adiós.
Alberto Brieba L.
