Fenómeno de los '80 tiene ultra nostálgica a toda la gallada

La fiebre ochentera está que arde y no hay termómetro que la aguante. Por estos días, los pokemones, peloláis y cuanta tribu o grupete raro existe anda ultra tembleque, porque por alguna rarífica razón la década de los '80 se está tomando las fiestas, la pantalla chica, la vestimenta y todo lo que se puedan imaginar, chiquillos.

Y es cosa de ver la tevé pa' cachar la ondita. Primero apareció la serie de Canal 13 parte del proyecto bicentenario "Los 80 más que una moda", donde los Herrera, una family de clase media, se las rebusca pa' sortear la mansa crisis económica que azotó a Chile en 1982. Y la cosa va tan viento en popa, que ChileVisión y TVN también preparan brillos similares

Pero, esta pomada, además de tener romances, harta cebolla y todo el cuento, también le lleva sus pulentos peinados ochenteros, sus chasquillas con ene laca y bien paraditas, blusas con lunares y con sus güenas hombreras, música de la época y las clásicas zapatillas North Star, que por estos días se venden como pan caliente en las tiendas de Shilito.

De hecho, se podría decir que la gallá anda como ultra nostálgica, porque basta con pararse un ratito en el centro o en un mall pa' cachar el medio lote de lolos y lolas que se pasea súper japi luciendo sus tillas con el típico estilo ochentero en sus pies.

Otro de los chanchullos televisivos de esta onda, es el nuevo programa que conduce el loquillo de Sergio Lagos, "TV o no TV", un espacio que va los días martes donde se repasan los hitos que han marcado las 50 pepas de la televisión shilena. ¡Chúpense esa!

MANERO

Pero la cosa es con tutti, señores, porque no hay que olvidar la mansaca que dejó la película de Pablo Larraín, "Tony Manero", donde el actor Alfredo Castro interpreta a un cincuentón sin ni uno que en plena dictadura militar alucina con la peli "Fiebre de sábado por la noche" y con ser igualito a John Travolta.

De hecho, la cinta arrasó en los cines del país, fue furor en el Festival de Cannes, ganó la cuarta edición del Santiago Festival Internacional de Cine y fue escogida para representar a Chile en los premios Oscar.

Además, la pomadita lleva caleta de votos y va como avión en la categoría de cine del pulento concurso del "Copihue de Oro".

Y es que con la llegada de la "onda disco" en los '80 comenzó a usarse la lycra, las pilchas ultra brillantes y las medias ni qué melenas. Las chiquillas se creyeron el cuento y empezaron a lucir coquetones escotes, harto maquillaje bien colorinche y potente y sus güenos tacos.

Los machotes, por su lado, copiaban todo lo que hacía Travolta en la película y bailaban como él, se vestían igualitos y hasta caminaban con ese pasito como bailadito que el actor dejó como marca personal. Así que si pensaba que era cosa del pasado… nones, porque los '80 llegaron y con todo el power.

KITSCH

Y como este fenómeno es con cuática, además de tomarse la tevé o  la ropa de moda, también le está haciendo la collera al reggaeton, al  perreo intenso, al ponceo y a toda la parafernalia que se ve en las fiestocas.

Estas movidas Kitsch son el último boom en los carretes y bien lo saben los cabros que se van a vacilar a la Blondie, discoteca especialista en mandarse estos mambos ochenteros, donde suenan canciones como "La Voz de los '80", de Los Prisioneros,  la chorrera de temones que cruzó la cordillera en la voz de grupetes como Soda Stereo, Virus, Enanitos Verdes o Sumo, entre otros, o las creaciones criollas de Valija Diplomática, Aterrizaje Forzoso, UPA.

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