Así como no quiere ver ni en pintura al tontín que la gorreó, y que más encima lo asumió sin asco en la tele, Francini no quiere saber nada de farándula.
La semana pasada fue el propio actor Álvaro Gómez, su pareja por tres años, quien ventiló que le puso los cuernitos y que por ello ya había cumplido con darle las explicaciones correspondientes. "Efectivamente, sí soy yo el de la foto (besándose con otra). Cometí un error, me equivoqué", dijo el compadre que en un principio negó de guata la traición, que, pa' mala suerte de Francini, resultó ser cierta.
Desde ese triste momento, y no es pa' menos, es que la joven de 30 años cortó por lo sano. No se ha aparecido en ningún lugar donde cacha que se topará con la prensa farandulera, que hace rato anda detrás de su versión del filo, y está refugiada en sus seres queridos.
Las penitas de amor las pasa en casa, lejos de los medios de comunicación, junto a sus mejores amigos, quienes no han parado de darle ánimo y alentarla a que dé vuelta la página, porque ningún gil merece tanto sufrimiento.
La chicuela tiene tan roto su corazón brasuca que esperará el tiempo que sea necesario para enfrentar a la prensa y también al mundo. Con ese plan es que la ex chica "Pelotón" ha preferido suspender sus apariciones en varias clases de bailongo. Por ejemplo, el viernes recién pasado tenía en su agenda dar cátedra al ritmo del dance en el Parque Araucano, pero nunca llegó.
"Ella lo está pasando mal, fue muy fuerte lo que pasó, así que se está tomando todo con calma", señala uno que se sabe el culebrón de memoria. El mismo sánguche de palta cuenta que la reina de la xuxuca ha recibido un montón de ofertas para desglosar su historia en programas faranduleros, pero ninguno la ha convencido, hasta el momento.
Su celu sólo lo contesta si se trata de un cercano. Por su cuenta de Twitter ha hecho algunos desahogos. "Si perdonas demasiadas veces, la gente se acostumbra a lastimarte", puso una vez que se supo la chanchá que le hizo el musculín.