Cuando todo Chile le ponía el hombro a la Teletón, Francini Amaral tomaba un vuelo de urgencia a Curitiba, Brasil.
Su madre la había llamado desconsolada para entregarle una noticia que la dejó con el alma en un hilo: su papá se agravó y no le pronosticaban muchas horas de vida.
A fines del año pasado el hombre que crió a la bella bailarina fue diagnosticado con un cáncer, un golpe que todavía le duele a la ex figura de Axé Bahía.
El padre adoptivo de la brasileña, José Tadeo Amaral (56), empezaba una lucha contra un cáncer alojado en la pleura, una costilla y parte de su columna. Y si el último tiempo había mostrado una mejoría, esa situación cambió.
Tal era la desesperación de la Fran, que el domingo 4 publicó en su Twitter: "Con el dolor de mi alma, les aviso que mi papá empeoró. Ya estoy con él y más que nunca necesito que le hagan una cadena de oración".
Hace un par de días que volvió a Chile por motivos laborales y pudimos conversar con ella. Su voz delata tristeza y sólo espera un milagro.
- ¿Qué te motivó a publicar en Twitter el delicado estado de salud de tu padre?
- Había que unir fuerzas entre los que me quieren. Creo que cuando todos nos podemos conectar por intermedio de la oración se pueden producir milagros. Se trataba de un momento muy difícil, además tuve que salir muy rápido de Chile para irme a Brasil, creí que se iba mi papá. Llego y veo a mi mamá muy mal, pensé que no iba pasar de esta.
- Yo perdí a mi viejita y te entiendo perfectamente…
- Soy creyente y Dios ha estado escuchando esas oraciones. Pese a su estado crítico he podido conversar con él. Se logró estabilizar un poco, está algo consciente, hace un par de días hablé con él y me contestaba, pero al día siguiente él no recordaba nada. Cada día que paso a su lado, lo vivo como si fuera el último.
- ¿Y por qué no te quedaste en Curitiba cuidando a tu taita?
- Tuve que regresar a Chile esta semana, pero la próxima parto de nuevo para Curitiba. Mi madre no puede estar sola con mi padre así. Lo más seguro es que pase las fiestas de fin de año allá.
Tratando de buscar ayuda para su padre, la bailarina dio con el veneno del alacrán azul y lo mandó a comprar a Cuba. Se dice que cerca de 60 mil personas han probado este derivado de las toxinas del "Rhopalurus junceus", el escorpión azul, desde que el biólogo Misael Bordier comenzó a aplicarlo en Guantánamo, al este de Cuba, para combatir el cáncer, a principios de la década de 1990. "El veneno lo que hizo fue detener el avance del cáncer, creo que de algo sirvió", nos comentó la Fran.