La final se grabó en tres días y tuvo con ataque al nervio a los dos machitos que llegaron a la última etapa.
Primero, Dominique viajó al norte donde, en plena playa, le dio el medio filo a Bernardo Borgeat (ver recuadro).
Tras dejar con pucheros al che, Domi volvió a Santiago y de ahí se mandó un pique hasta Pucón. Allá se juntó con su otro galán trasandino, el Joche, y quien se ganó su cucharón.
Entre calugazo y calugazo, los que sapearon esta escena contaron al diario pop que la cosa fue "pura pasión", y que incluso fuera de cámara "estaban muy nerviosos y ansiosos".
CALABAZA
Después de registrar el último capítulo del cocido, los tórtolos se separaron. El galán se fue al resort donde ya reposaba Bernardo, y Dominique se mantuvo piolita en el Hotel Tucapel de la capital.
Fuentes del cocido detallaron, que Domi viajó acompañada de un equipo de cinco personas (productor, camarógrafo, sonidista y vestuarista-maquillador) y una chaperona que la cuidaba como reliquia prehistórica. Todo el rato tuvo gente a su disposición para cualquier problema o necesidad que se le generara, así de regalona.
UNA POR OTRA
Junto con los macanudos viajecitos, buena mesa y el amor, la nueva parejita recibirá un automóvil por cabeza. Sobre su futuro en Canal 13, hasta el momento no se les ha ofrecido contrato para seguir en pantalla. "Su contrato era sólo por su participación en el programa y lo más probable es que no se extienda para otras cosas, ahora que terminó", revelaron desde adentro.
A BERNARDO LE SALIÓ EL TIRO POR LA CULATA
Eran las 4 de la tarde cuando Bernardo esperaba a la Domi a pata pelá a la orilla del mar.
Estaba ilusionado, pues al ver a su damisela caminando hacia él juró de guata que se llevaría el primer premio y a la chiquilla pa' su casa.
Pero tal como lo adelantó La Cuarta hace unos días, Gallego le dio el tonto sobre azul en plena playa La Virgen de Bahía Inglesa.
Le dijo que no era su príncipe azul y el bife chorizo se quedó con los crespos hechos, ya que Dominique rajó hacia Pucón, donde se encontraba su verdadero amor.
Pero esto tiene una razón, ya que no olvidemos que la cabra lo pilló hablando por teléfono con otra iñora, a quien le daba explicaciones y le decía que todo era un juego para la tele.
¡Por gil te pasó!