Garcés está entre el amor y la ley

Con más atados que Óscar Garcés... El cabro de hablar cuate, pero más chileno que los chunchules; chico reality y ex de la xuxuca Francini Amaral, reconoce que ha tenido un año para el loly. Pero sus atados (acusación de abuso y choque con la pipa) dice que quedan reducidos a un callo frente al amor que nació entre él y Cheryl Castiblanco, su concuñada y futura esposa.

Con la cabra, hermana de Joyce y a punto de titularse de enfermera en la UC, lleva tres meses de feliz convivencia y el próximo paso es el casorio sí o sí. Todavía no tienen fecha definida, pero "el matrimonio se viene, ya quiero formar familia", detalla el compadre.

- ¿Apuro?

- Noooo. Lo que pasa es que ya sabemos que queremos las mismas cosas. Tenemos proyecciones juntos. Y claro, ha sido todo rápido y todo intenso.

- Ya te rajaste con la roca, supongo...

- Todavía no, jajajá. ¡Hay que trabajar mucho para sacar la roca!

- ¿Y? ¡Al fin encontraste a la minoca de tu vida!

- Ella me trajo muchas cosas buenas, vino con la marraqueta debajo del brazo. Me puse a pololear y me llegó mucho trabajo, eventos, hartos proyectos para el 2011. Había sido un año muy tormentoso, imagínate lo del choque con Manuel Neira (18 de junio) y la acusación de Calama (el 17 de abril una camarera del Hotel Sonesta lo culpó de pasarse pa' la punta), de la cual estoy esperando la resolución que, espero, esté lista en dos semanas.

Sobre esto último, Garcés se la juega porque saldrá impeque de la denuncia. Insiste en su inocencia total en el tete y para quiénes lo pelaron les anuncia las penas del infierno. "Todas las personas que me apuntaron con el dedo, entre ellos Cristián Vidal, que junten miedo voy a llegar hasta las últimas consecuencias".

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