Generaciones cruzadas: secretos de los primeros días de reality

Un total de 26 ratoncitos de laboratorio, entre los que se encuentran Pablo Herrera y su hijo, Tatiana Merino y su hija, Marcelo Zunino y su cachorra, Perla Ilich y su madre, entre otros,  fueron encerrados ayer por el reality del 13 en la localidad de Lonquén.

La semana pasada juntaron a las 13 parejas de parientes en un hotel capitalino. Allí no los dejaron juntarse con nadie más, sólo compartieron entre todos cuando iban camino a Puerto Hambre, en la Patagonia, lugar donde se abrieron los fuegos de la pomada conducida por Sergio Lagos.

Tras esto, los participantes partieron más al sur, a los glaciares, dándose una vueltecita hasta el domingo, día en que llegaron de vuelta a Santiago.

Pero como en todo reality el cahuín y la copucha anda en boca hasta del gato, sapearon por ahí que la casona no estuvo lista para la llegada de los participantes, por lo que tuvieron que guardarlos en el mismo alojamiento capitalino, antes de meterlos a la jaula definitiva.

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