Según los ex gorilones encargados de cuidar a Michael Jackson en sus últimos días, el fallecido Rey del Pop no era un cochino pervertido adicto a los pitufitos, sino que un galán de primera.
O algo parecido, al menos. En una entrevista, tres de sus guardaespaldas, Mike García, Bill Whitfield y Javon Beard, juraron de guata que cuando paseaban en auto a Michael, él ponía los ojitos en blanco en el asiento trasero. Con mujeres. Mayores de edad.
"Teníamos una cortina que separaba el asiento trasero, y escuchábamos ruidos", dijo uno de los gorilones. Una ágil entrevistadora le preguntó si es que se estaban besando, a lo que el gorilón respondió "era eso, o estaban mascando chicle muy fuerte", cacareó entre risotadas. Más encima, dijeron que tenía "al menos un par de novias". Todo un poncio.
Además, pusieron las manos al fuego de que no era ningún cochino pedófilo. "No, los hombres conocen a los hombres, y él tenía 'hambre' de mujeres", verseó un gorilón.