Ni el peor conflicto bélico había logrado que Amaro Gómez-Pablos la pasara tan como el hongo por sus atados con Amaya Forch, de quien está separado desde 2014, pero con quien mantiene asuntos pendientes y, peor aún, una reciente denuncia por violencia intrafamiliar.

Este año ha sido negro para el periodista y su vida privada se ha convertido en lo que siempre le hizo el quite: un circo. Pa' empezar, TVN no le renovó contrato. Luego se filtró la millonaria demanda de alimentos que le exige Amaya y ayer se supo que la misma lo denunció por agresor.

La pelúa acusación fue ingresada a Carabineros de Vitacura el 12 de septiembre pasado, y es investigada por el 4° Juzgado de Familia de Santiago.

En su declaración, la actriz asegura que sufrió maltrato sicológico por parte del españolado, que tiene miedo de volver a su casa y que depende económicamente de él.

LOS HECHOS

Dado el fin de su vida conyugal, los papis fijaron un régimen de visitas de fines de semana por medio y martes de cada semana, el cual fue cambiado para los viernes.

En ese contexto, el sábado 10 de septiembre, a las 18.20 horas, Forch relata que llegó Gómez-Pablos a la casa, con la finalidad de retirar a los dos hijitos.

Al ponerse de acuerdo sobre el regreso de ellos, la denunciante señala que el otro le responde "te llamo más tarde".

Ella le insiste, Amaro se ofusca y comienza una discusión en el vehículo de este último en presencia de los querubines, que terminan entrando al palacete.

El hombrón ingresa "muy molesto", "le grita" y le dice "yo entro cuando yo quiero". En el escrito queda estipulado que la también cantante le pide que se retire, se arma la tole-tole y todo finaliza con la denuncia.

LA CULPA A ELLA

La gravedad de los hechos hizo que Amaro se contactara con "SQP", que dio a conocer el caso ayer, para dar su versión y jurar que el tenso momento se debió a "un acto de violencia que inició la madre gratuitamente".

"Esto rebasa los límites de la decencia. Soy hijo de madre separada. No soy un tipo violento", se defendió, esgrimiendo que si hubiese agredido a Amaya, "me parece contradictorio que la madre agredida me los hubiera pasado".

El ágil además detalló que "cuando Amaya dice que iba a llamar a los carabineros y a amenazarme con ello, le dije 'has lo que quieras, lo que me importa es estar con mi hija', ella se fue conmigo y después me pasa al menor".

Para afirmar aún más su verdad, dio fe de que "una empleada doméstica" cachó todo el mote. "Esto es muy doloroso. En Chile las mentiras no tienen consecuencias", mató a Amaya.

Insistió en que se ponía con todo pa'l hogar y los retoños y que su ex pedía "cifras bochornosas, siderales".

Y es más, p'afirmar su inocencia, aseveró que "ayer (jueves), estando los niños en custodia conmigo y de vacaciones, Amaya quiso verlos, yo no tenía inconvenientes, hasta que me enteré de la demanda por violencia intrafamiliar".