Charly García, según el doc Héctor Lamacchia, de la Clínica de Cuyo, donde se encuentra internado el rockero, "está respondiendo adecuadamente al tratamiento, se encuentra tranquilo y colabora".
Pero el galeno también dejó claro que el compositor de temazos como "Demoliendo hoteles", "Nos siguen pegando abajo" y "Los Dinosaurios", entre otros, padece un fuerte cuadro de neumonía y que continúa con sedantes, pero de mucho menor intensidad a los que se utilizaron entre lunes y martes.
Además confirmó que el músico, de 56 años, "se encuentra en condiciones de ser trasladado" a Buenos Aires en las próximas horas. Los únicos requisitos que se exigieron es que vaya acompañado por un médico y en un avión sanitario, trámites que, hasta el cierre de la edición, se estaban realizando.
DROGAS
Por otro lado, ante la pregunta si el estado en el que llegó García al centro asistencial de Mendoza el lunes podría deberse a consumo de grandes cantidades de droga, Juan Ursomarzo, director médico del recinto, respondió a Radio Cooperativa: "No podemos hacer una declaración de ese tipo. El paciente llegó acá ya sedado, así que lo único que nosotros hemos detectado es este cuadro infeccioso que presenta".
DESAHOGO
Migue, o Miguel, hijo de Charly García habló largo y tendido con la prensa del otro lado de la cordillera sobre lo que está pasando su padre.
Cuando le consultaron cómo explicaba la violenta reacción de su progenitor no sólo en esta ocasión, sino en otras, dijo: "Si está en una etapa más visceral, es porque es parte de su arte. Mi padre tiene por suerte demasiados ángeles y está bien".
Y ante la pregunta de si tenía miedo de un desenlace fatal de su progenitor aseguró: "Claro que tengo miedo de perder a mi viejo, como también a mucha gente que aprecio. Ahora lo único que me interesa es traerlo a Buenos Aires".
FABIANA IGUAL
Según Primiciasya.com existe un rumor que Fabiana Cantilo también habría hecho de las suyas en un hotel. Todo habría ocurrido el 7 de junio en el Casino Club de Santa Rosa, de La Pampa. "En el restaurante, antes de almorzar, comenzó a gritar. Dentro de un estado de excitación rompió copas y arrojó servilletas al piso. Una de las personas que estaba con ella logró calmarla, lo cual duró muy poco ya que se dirigió a la habitación y rompió vasos de wiskies, que había pedido minutos antes", relató un testigo del hecho.