Desde que Julio Verne predijo en sus obras de ficción la creación de un submarino eléctrico o la de un módulo lunar, en los libros y luego en las películas los guionistas siguieron anticipándose a los inventos científicos.
“Volver al Futuro II” se anotó varios porotos, porque los creadores de la historia se la jugaron por incorporar tecnología inexistente en la época de la filmación que ahora es común.
Tanto color que le pusieron los compadres que también se pasaron para el otro lado, porque no estamos ni cerca de ver autos voladores.
Pero lo que casi nadie jamás imaginó es la revolución gigantesca en cuanto a comunicaciones e información que vino de la mano de internet, así en la película los personajes siguen usando un fax.
Ahora casi todos los chilenos tienen acceso a los correos electrónicos, usan Facebook, guasapean y buscan pololas a través de las aplicaciones de sus teléfonos, muchas veces más inteligentes que ellos.
En la película Marty es atendido en un negocio por personas que salen en una pantalla, una tecnología poco usada pero existente hace rato.
En los últimos años se masificó el uso de drones, sobre todo para la cobertura periodística, pero hacen casi de todo y, si se lo propusieran, podrían pasear perros como en una escena del filme.
En 1989 los juegos electrónicos usaban cables, y en la película se cacha clarito cómo Marty dispara con una pistola a una pantalla mientras los niños le dicen: “Jugando ocupando las manos, ¡qué fome!”.
Las video conferencias ahora son comunes y se pueden hacer desde los teléfonos o los computadores, igual como conversa Marty con Needles y después con su jefe que lo despide en vivo y en directo.
En una escena sale un holograma de ‘Tiburón 19’, y a pesar que aún no han llegado al cine hoy son una realidad. En Japón se realizan de manera habitual conciertos con el holograma de Miku Hatsune (un animé), por ejemplo.
Hoy es posible comprar una réplica de la tabla voladora. Es un prototipo que lanzó este año la empresa ART PAX. La cuestión es más ancha que la usada en la película y necesita una superficie de metal para funcionar. Cuesta 10.000 dólares, unos 7 millones.
El reactor de fusión que usa basura como combustible no ha sido inventado, pero sí podemos sacar energía de los desechos.
Si bien la ropa no crece ni se achica dependiendo del tamaño de la persona, hay prendas inteligentes que incluso le llevan ventilador.
Ahora hay relojes inteligentes que tienen conexión a internet, toman la presión y reciben llamadas.
En “Volver al Futuro II” la casa reconoce la voz de Jennifer Parker, la polola de Marty que en el futuro era su esposa.
En la cinta salen lentes que reciben llamadas y se usan como control remoto. Ahora existen los “Google glass” que reciben llamadas a través de una conexión con el iPhone. Se pueden ver mapas y navegar.
La huella digital como forma de identificación y acceso es algo súper común.
