Con la sonrisa imborrable luego de recibir la ovación de casi 30 mil fanáticos, los cabros de Iron Maiden se despidieron de su público chileno con las ganas de pegarse un carrete en buena con su equipo técnico.
Así nos sopló un lote de gente que vio a la banda integrada por Bruce Dickinson, Steve Harris, Adrian Smith, Dave Murray, Janick Gers y Nicko McBrain, muy cómodamente instalada en el bar que está al lado de la piscina del Hotel Sheraton, donde alojaron los intérpretes de "Rime of The Ancient Mariner".
TONEL
Como el combo inglés quedó con el manso diente después de la tocata en la Pista Atlética del Nacional, se lanzaron de una a servirse y repetirse una y otra vez la comida en el hotel, para que luego cada uno de ellos se pusiera a empinar el codo felices de la vida.
De ahí los músicos siguieron departiendo plácidamente, mientras no pescaban que hubieran unos pocos fans que aún los sapeaban dentro del recinto. Pasadas las horas, los chicuelos se fueron a sus piezas, no sin antes meter un poco de bulla que remeció las paredes del hotel y que causó la molestia de un par de pasajeros del local.
Eso provocó que les pidieran que bajaran el tono, cosa a la que los enfiestados accedieron de una, parando el carrete justo cuando el cucú marcaba las 3.30 de la matina. Ayer se viraron de Chilito al mediodía.
Alberto Brieba L.