Bastó con que Bruce Dickinson, el vocalista de Iron Maiden, dijera: "Estuvimos en Argentina y tienen uno de los mejores públicos que hemos visto ¿Pueden ustedes ser mejores?", para que 50 mil chascones entraran en modalidad Planeta de los Simios y le batallaran por casi dos horas el sitial a nuestros humildes hermanos que habitan al otro lado de la cordillera.
Es que apelando a la tradicional rivalidad entre ambos países, los británicos prendieron el ambiente de entrada en el show que realizaron anoche en el Estadio Nacional.
Y la pregunta no era cualquiera, ya que todos los fanáticos de la banda tenían claro que los mismos músicos habían asegurado que los fanáticos chilensis eran los más cototos del globo. No por nada llenan cada presentación de los rockeros, y se generó el celo por la mención que hicieron los cabros sobre el show que realizaron el pasado 8 de abril en el estadio de Velez, en Baires.
Aunque eso sólo sirvió como mecha para un espectáculo que comenzó a las 21 horas en punto y que reunió a fanáticos de todas las edades (literalmente, porque había desde guaguas a abuelitos del rock).
Todo partió con el tema "Satellite 15... The Final Frontier", canción que además de ser más prendida que guatón comiendo porotos, le dio el nombre a toda la gira mundial del grupete.
Recordemos que los tatas del chasconeo partieron su tour planetario el 9 de junio del 2010, en los Estados Juntos, por lo que ya están a punto de cumplir un año con el pasaporte en la mano.
La presentación continuó con temones como "El Dorado", "2 minutes to midnight", y "The number of the Beast", siempre con el público melenudo saltando, pero sin generarse ningún tipo de desmán, mocha o arañazo.
Una de las características más cuáticas del show fue la utilización de una moderna cámara de video que volaba por sobre el público y que mostraba a los asistentes desde lo alto.
Dichas tomas serán parte del DVD especial que Iron Maiden sacará al mercado mundial, sobre los conciertos que realizaron en Argentina, Chile y Brasil, países que dan como ejemplo a todos los metaleros del resto del globo.
