Los carachos de los trabajadores de Chilevisión ayer no eran de los mejores. En un fin de semana se les remeció el piso, y bien fuerte: Jaime de Aguirre, el capo del canal por 13 años, se despedía ya que los gringos dueños de la televisora le “pidieron” su renuncia.
Aunque se aseguraba que la pérdida de confianza de sus jefes era por su vinculación al caso “SQM”, el ahora ex ejecutivo aseguró en la conversa que fueron por otros motivos, ligados a “una nueva mirada” que la empresa Turner Latin America quiere darle a todo el conglomerado.
Rodeado de la plana ejecutiva de CHV, De Aguirre dijo adiós agradeciendo la colaboración que le habían dado y pidiendo perdón por cualquier error que los haya afectado.