De jovencita Javiera Contador fue güena pa'l payaseo, tanto así, que recordando sus años mozos largó al diario pop que se pagó toda la universidad trabajando de tony, como mimo y hasta metiéndose en gruesotes trajes de animales pa' entretener a los pitufines.
En sus años de estudiante de teatro de la Universidad Católica, allá por los 90, cuando era lolita y no se le pasaba por la mente ser una figura de la tele, la actual animadora del "Muy Buenos Días" (TVN) supo lo que era pelar el ajo.
"Hice muchos monos, harto payasito para la época de Navidad en los mall... En el Plaza Vespucio me disfrazaba de payaso, así como derretido, jajajá, para el 'Día del niño'", comenta sobre aquel tiempo en que tenía veintitantos y se las rebuscaba pa' hacer sus luquitas.
"Hice una vez de oso, de unos duendes y de mimo, que no era mi fuerte. También me vestí de gitana en una fiesta. Ahí le veía la suerte a los que estaban y le achuntaba heavy, jajajá. Hice alguna vez de jirafa, de lo que fuera", dice la versátil actriz.
- ¿Se ganaba buen billullo payaseando?
- En general no se pagaba tan bien, pero cuando era la semana del "Día el niño" podría sacar 15 lucas al día. Lo mejor era la animación infantil, era más agotadora, pero se ganaba un poquito más. A veces teníamos hasta cuatro al día, y fue así, a punta de payasitos, que me pagué toda la universidad, ahí teníamos una central de trabajos. Mientras más herramientas tenías, mejor. Por ejemplo, si tenías maquillajes para pintar a los niños era un plus o si tenías títeres.
- ¿Cuál era tu fuerte?
- Una vez me dieron a elegir entre ser promotora, para lo que pagaban dos lucas más, que de payaso. Era un evento en el que tuve que estar parada con unas patas blancas y me dije: "Esto no es lo mío"... Al día siguiente me cambié de nuevo a ser payasito. Ponían la música de los enanitos de Blanca Nieves y salíamos todos a recorrer el mall. Muuuuuchas veces lo hice, jajajá. Igual hacía de extra.
- ¿Qué tal chantarse un traje de oso, de jirafa?
- En un momento una compañía de teléfono tenía ositos y muchos hicimos de ellos. Pero el corpóreo da mucho calor y por dentro son asquerosos.
- Completita. ¿Y ese talento aún te reporta chauchas?
- Ya no lo hago. Pero si me pasa que una vez estaba en el mall y vi a un señor disfrazado de lápiz y había una niñita como que lo estaba pateando, me dio una rabia y me dieron ganas de ir a defender al colega.
- Cabros de miércale...
- Claro, te pegan, empujan, pero yo no tuve esa mala suerte, pero los adultos son peores... Para el "Día del niño" trabajamos como dos semanas en un mall y regalábamos cosas de "El Rey León" y las mamás se tiraban encima. ¡Hay que tener paciencia!