Fue literalmente como dejar al gato cuidando la carnicería. Durante la noche del jueves, Roberto Dueñas salió a cenar junto a su nueva protegida, la modelo trasandina Pamela Sosa, y en pleno restorán Damaris tomó la crucial decisión de juntar las mesas con el picaflor actor cubano, Juan Falcón, quien se aprestaba a manyar en el local que pertenece a una de sus amigas radicadas en Chile.
El trío lo pasó del uno sirviéndose una cachá de platos oriundos de la isla, en un grato ambiente que se extendió por dos horas, tras las cuales el Peluche decidió coordinar el brillo pidiéndole a Falcón que se fuera junto a Pamela a la disco Kmasu, mientras él se pegaba un pique a otro recinto nocturno para cerrar un evento y los alcanzaba. ¿Será?
SALIÓ P'ATRÁS
Como era de esperar, el Peluche cedió un ratito y los cabros llegaron entre risitas al recinto de avenida Irarrázaval... Falcón no perdona.
Pero grande fue su sorpresa cuando entrando al carretongo se encontraron de tú a tú con un contingente de periodistas que le hacía la guardia a Pamela Díaz, quien realizaría un show durante la velada, pero finalmente no llegó (ver página 22).
El caracho en onda "trágame tierra" que puso la pareja fue tan evidente, que la horda de noteros se les tiró encima de una, interrogándolos sobre su procedencia y, obviamente, destino. Las respuestas siempre fueron las mismas: Puras evasivas.
Rapidito subieron al vip, donde entre otros pericos carreteaban los futbolistas Arturo Vidal, Juan Pablo Úbeda y Juan Gonzalo Lorca, junto a modelos como Alexandra Molina, Roxana Muñoz (Playboy) y Gisella Gallardo (la ex de Pinigel), entre muchas otras. Es decir, la cosa estaba más prendida que guatón comiendo porotos.
HUIDA
Asunto que le dio lo mismo a Juanito y su invitada, ya que catando que pronto llegaría el Peluche centinela, el parcito emprendió la retirada a menos de una hora de haber llegado al brillo.
Y ahí se repitió la película, porque los reporteros, ni tontos ni perezosos, acompañaron la fulminante retirada hasta el mismísimo estacionamiento de la Kmasu, donde, oh sorpresa, justo llegaba Dueñas con su mejor pinta.
¿Qué pasa aquí?, preguntó el ex de Marlensurri intentando hacerse el de las chacras, mientras sus ex compañeros de cena se viraban argumentando que "ya estaban cansados".
Y ahí quedó el Peluche. Solo en pleno estacionamiento, mientras su supuesta pinche se iba junto al galán caribeño.
Si pudiera gritar como Chubaca, de la Guerra de las Galaxias, lo hubiera hecho, porque Robertito no creía la cancha que tuvo Falcón pa' levantarle la minurri.
Cuento corto, Dueñas se sumó a la party del vip y se mantuvo ahí hasta que cachó que ya, simplemente, lo habían vacunado.
Jorge Ruz Arias