"Julio Iglesias ha tenido siete hijos y ninguno se llama Chile"

La concha acústica, con su perfume de magia saudade, en la Quinta Vergara, ex finca querencia de la forrada en oro de Blanca Vergara, polola en 1920 de mi abuelo, Harold Foxley Chapman.

En aquellos tiempos esta señora lo invitaba a jugar tenis, pero no le mostró nunca la concha acústica.

Ojalá mi abuelo marino se la hubiera jugado. Tendríamos free tickets para ver a nuestros queridos artistas nacionales.

Para la parrilla programática es muy difícil conseguir artistas como la Beyoncé, pues ellos pertenecen a sellos discográficos que controlan cada milímetro de los derechos de imagen y por supuesto no confían en los enfoques y la pobreza que, según ellos, tiene la factura visual local. Ellos quieren MTV product OK.

La Beyoncé no admite que se filme su celulitis, al igual que Julito Iglesias su lado derecho ni su peluquín.

Mi ex suegrastro Julito me conoció como 20 veces en España y Estados Unidos. Yo pololeaba con la Laura Boyer, hija de Miguel Boyer, marido de la Isabel Presley, ex mujeraza y musa del "Si tuviera un hijo, le pondría Chile".

El cahuinero ha tenido siete y ninguno se llama como nuestro país. Exijo retención del SII de su liquidación hasta que nos fecunde un Chilito.

El Coco Legrand es brillante. Hace humor costumbrista, complementado con la narrativa de su geriatrismo, operaciones a la vejiga, y brillante pillo a las farmacias y su colusión hace 4 años. Estuve mirando en YouTube su actuación en la Quinta. Su actitud es cara de nalga.

Su humor no es un humor sexual, es un humor sociológico de la evolución de los tiempos.

Esta plataforma llamada Festival es un potpurrí de pasiones líricas humorísticas, artísticas y competencias internacional y folclórica. En resumen, una parrilla multiproducto que da cabida al éxtasis colectivo y al maltrato humano como cuando el monstruo está sin ravotril y ganguea.

¡Salud!

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