Con el estreno de “Junior Materchef ”, esta noche en Canal 13, los jurados Chris Carpentier, Yann Yvin y Ennio Carota aplicaron rewind para contarle a La Cuarta de los tiempos en que siendo locos bajitos empezaron a meter las manitas en la masa.
Chris dice haber sido el más pelusón del barrio, y como no alcanzaba la altura de los mesones para saber cómo armaban los tesoritos que se echaba a la boca, ponía harta oreja al armado de las recetas. Entre sus diabluras de pergenio, cuenta que “me robaba los bowls con la masa cruda que me gustaba, la chupeteaba. Cuando batían el merengue -que era casi a mano en esa época- también era un premio comerlo recién hecho”.
-¿Alguna embarrada cocinerax?x
- En mi casa se hacía mucha vida de cocina, yo compartía en ese espacio y estaba la tele, se planchaba, cocinaba, comía. Yo siempre he sido fanático de los caballos. Mientras cocinaban me subía a la mesa de planchar, le ponía una soga y creía que era un caballo. Jugaba hasta que la rompía y las patas se abrían. Cada vez que me mandaba ese numerito me castigaban.
- ¡Mano de hacha!
- Más de grande no tenía ganas de comer, quería ir a jugar y por salir rápido tiraba los platos por la ventana, después los tapaba con unas ramas. Hasta que me cacharon porque me demoraba dos minutos en salir de la pieza con el plato vacío. De vuelta, a estar castigado.
El niño de las tartas
Mientras tanto, cerquita de la torre Eiffel, Yann entró siendo quinceañero a la escuela hotelera, pues en su clan no había nadie que fuera muy habilidoso con el uslero. “Como cualquier niño lo primero que preparé fue tarta de manzana. En Francia tenemos una manera especial de hacerla. Hay que hacer la compota de manzana primero con un poco de azúcar, caramelo, luego la masa, después juntas con las manzanas que tienen que ser bien bonitas.
-¿Ese era el caballito de batallax?x
- Recuerdo haber llegado muy orgulloso a la mesa con mi tarta, hice millones de tartas de manzana hasta aburrir a todos mis familiares. También unos estofados típicos de Francia.
Con pase libre para la cocina, el peque tenía que dejarla soplada y brillante para no irse de reto. “No todo me resultó porquer hacía muchos experimentos, pero en general tenían buena acogida mis platos. Pero con mi tarta de manzana maté más de una vez”.
-¿Alguna chambonadax?x
- Un postre que nunca me resultó y estaba tan orgulloso de hacerlo para el cumpleaños de mi papá. Era con cereza natural y al cocinarla suelta mucha agua, cuando saqué el postre parecía una sopa, nunca logré poner la vela dentro. Fue un gran fracaso, jejejé.
Postres navideños
Carota se definió como obsevador e inquieto de bambino. Según él no se mandaba ni una embarrada en la cocina y su nona era la artista entre las ollas donde se colaba cada tanto.
“Cuando estaba por llegar la Navidad, Lucía, mi abuela, con dos meses de anticipación preparaba todo el menú para recibir la familia y me pasaba horas mirándola. Me encantaba acompañarla al mercado y hacer las compras juntos. De ese ritual tengo miles de recuerdos y anécdotas”.
El fuerte del anteojudo eran los postres navideños.“La verdad es que mis padres estaban sorprendidos porque yo cocinaba algo y dejaba de ser casero. Se sorprendían de mi habilidad”.