Entrar a la tele es el sueño de muchos. Varios logran meter la punta y tienen sus quince minutos de fama, pero a la hora de mantenerse, son pocos los que se quiebran con ese mérito. Por lo mismo, Karol Dance está muy dichoso, pues está cumpliendo seis añitos desde que se coló en el mundillo de las comunicaciones.
Sus inicios hoy los mira con humor, pues la cosa en su momento no fue sencilla, pero el hombre tuvo paciencia y hoy es el animador más joven de la tele a color, lo que le da todo el sentido a su esfuerzo, trabajo y paciencia.
Claro que hay una circunstancia que para el "Loquillo" es clave a la hora de hablar de su éxito en esta pega, y son sus pololas.
"En mi vida he pololeado dos veces. La primera fue Arenita, con quien comencé mi relación un año antes de entrar a la tele, así que la única polola que he tenido desde que me hice conocido es Faloon. Ambas han sido fundamentales en mi carrera", se saca el sombrero.
- ¿Por quéx?x
- Estar pololeando es algo que te mantiene con los pies en la tierra. En estos seis años y desde que entré a este mundo, he descubierto que hay muchas cosas que te pueden desviar del camino: alcohol, drogas y otros excesos en los que afortunadamente nunca he caído, y ha sido gracias a ellas.
- ¿Cuesta mucho mantener este tipo de relacionesx?x
- Claramente que no es fácil, porque hay mucha exposición, pero es ahí donde uno tiene que ingeniárselas para que eso no termine por afectar.
La plancha que lo hizo evolucionar de pokemón a fashion
“Para la primera gala televisada del Festival de Viña viví uno de mis peores momentos. Yo no tenía noción de lo que era ese tipo de eventos, ni siquiera lo dimensionaba... imagínate, toda mi vida fui un telespectador y de repente me dicen que debo pasar por la alfombra roja... En esa época me la jugué: me compré un terno de 60 lucas que saqué a dos cuotas. Ese fue un tremendo error. El traje era blanco y era de pésima calidad. ¡Al día siguiente me destrozaron en todos lados! Ahí caché que algo tenía que cambiar, jajajá”.
El poder de la televisión disparó su sex-appeal
“Antes de entrar a la tele, cuando estaba en la universidad, era un perdedor en el amor. ¡Ninguna mina me pescaba! En cada fiesta a la que iba, hacía el ridículo tratando de sacar chicas a bailar y era interminable la cantidad de rechazos que recibía. Es que igual mírame, poh. Siempre he demostrado menos edad de la que tengo, y en la ‘U’ parecía de 15. Claro que la cosa cambió radicalmente cuando entré a la tele, como que eso te da un atractivo especial, ¡todas las mujeres te encuentran más guapo! Eso ha mejorado bastante mis pretensiones amorosas, jajajá”.
Partió acarreando público
“A diferencia de lo que muchos creen, mi primer vínculo con la tele no fue ‘Yingo’. Lo primero que hice fue pararme afuera de Chilevisión y conseguir gente para que fuera público de ‘SQP’ y otros programas. Después de un tiempo se me abrieron las puertas y pasé a la pantalla, pero no fue fácil. Una de las cosas más lindas de la tele es que pude viajar fuera de Chile”.
Tiene el “mic” del futuro
“Siempre digo que lo que más agradezco, como joven de origen modesto que soy, es que he podido ayudar a mis padres. Ese es mi norte, pero eso mismo me impulsa a querer hacer más cosas. No estoy conforme con lo que he conseguido, quiero dar el salto y demostrar que puedo hacer otros programas, ya sea en CHV o en otro lado. Son los propios animadores consagrados de hoy los que me aconsejan: Don Francisco, Martín Cárcamo, Julián... Ellos me dicen que debo ser paciente, porque a mis 27 he logrado más que ellos a esa edad”.